COVID-19 Y ANSIEDAD: SU IMPACTO EN ESTUDIANTES DE MEDICINA. ESTUDIO TRANSVERSAL

COVID-19 AND ANXIETY: ITS IMPACT ON MEDICAL STUDENTS. A CROSS-SECTIONAL STUDY

María Cristina Pecci,1 Luis Javier Murúa,2 Diego Jorge Manzella,3 Diego Costa,4 Marta de Andrés Crespo,5 Hernán Darío Nápoli,6 Matías Ricardo Rojo,7 Francisco Azzato8

1 Socióloga, doctora en Psicología, especialista en Estadística para Ciencias de la Salud. Ex profesional del Hospital de Clínicas José de San Martín, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

2 Médico especialista en Medicina Interna, docente adscripto de Medicina, jefe de Trabajos Prácticos de la Sexta Cátedra de Medicina de la UBA, médico de Planta del Departamento de Medicina del Hospital de Clínicas José de San Martín, Buenos Aires.

3 Médico especialista en Medicina Interna, Departamento de Medicina del Hospital de Clínicas José de San Martín, Buenos Aires.

4 Médico especialista en Cardiología, Departamento de Medicina del Hospital de Clínicas José de San Martín, Buenos Aires.

5 Médica, North Middlesex University Hospital, Londres, Reino Unido.

6 Licenciado, Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

7 Médico, consejero Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

8 Doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires, profesor regular titular de Medicina de la VI Cátedra, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Clínicas José de San Martín y director de la Unidad Docente Hospitalaria, Buenos Aires.

AUTORA PARA CORRESPONDENCIA

María Cristina Pecci. Correo electrónico: peccimc@gmail.com

Los autores manifiestan no poseer conflictos de intereses.

 

 

Resumen

La pandemia por la covid-19 tuvo un impacto disruptivo en los procesos de enseñanza y aprendizaje en los estudiantes de medicina y afectó su bienestar emocional. El objetivo del trabajo es evaluar la prevalencia de ansiedad en estudiantes del ciclo clínico y del Internado Anual Rotatorio (IAR) de la carrera de medicina de la Universidad de Buenos Aires durante la pandemia de la covid-19 y describir su asociación con otras variables. Material y métodos. Diseño transversal, encuesta administrada mediante Google Forms para registrar género, edad, lugar de nacimiento, año del ciclo clínico, actividades asistenciales o comunitarias, percepción de discriminación y la escala para el Trastorno de Ansiedad Generalizada de 7 ítems (GAD-7). La participación fue voluntaria, sin selección aleatoria. Estadística descriptiva, test de χ2, prueba exacta de Fisher, U de Mann-Whitney-Wilcoxon, prueba de Kruskal-Wallis; valor p ≤0,05; programa estadístico SPSS v26. Resultados. Respondieron el cuestionario 486 alumnos (21,8% varones); el 85% reconoció el impacto negativo sobre el bienestar emocional. El 25% de los estudiantes realizó tareas asistenciales; el 16,4%, tareas comunitarias. El 14,4% sintió discriminación por ser estudiante de medicina en pandemia. El 55,5% tuvo puntajes de ansiedad de la GAD-7 iguales o superiores a 10 puntos, lo que indica probabilidad del trastorno; la diferencia fue significativamente mayor en mujeres (p = 0,006), en estudiantes que cursan entre cuarto y sexto año (p = 0,001) y en quienes reconocieron negativamente afectado su bienestar emocional (p < 0,001). Conclusiones. El nivel de ansiedad en estudiantes del ciclo clínico y del IAR durante la pandemia por covid-19 encontrado fue mayor al de otros estudios y desciende en estudiantes que se encuentran en niveles más avanzados de la carrera. Es importante considerar el seguimiento de la salud mental de los estudiantes en pandemia.

Palabras clave. Pandemia, confinamiento social, trastornos emocionales, estudiantes de medicina, educación médica.

 

Abstract

The covid-19 pandemic had a disruptive impact on the teaching and learning processes in medicine and affected the emotional wellbeing of students. The aim of this study is to evaluate the prevalence of anxiety in students of the clinical cycle and the Annual Rotating Internship of the Medical School during the covid-19 pandemic and to describe its association with other variables. Material and methods. Cross-sectional design, survey administered through Google Forms recording gender, age, place of birth, year of clinical cycle, care or community activities, perception of discrimination and the 7-item Generalized Anxiety Disorder scale (GAD-7). Participation was voluntary, without random selection. Descriptive statistics, χ2 test, Fisher's exact test, Mann-Whitney-Wilcoxon U, Kruskal-Wallis test; p value ≤0.05; SPSS v26 statistical program. Results. 486 students responded to the questionnaire (21.8% male); 85% identified a negative impact on emotional wellbeing. Twenty-five percent of students performed assistance tasks; 16.4% performed community tasks. 14.4% felt discrimination because they were medical students in pandemic. 55.5% had GAD-7 anxiety scores equal to or higher than 10 points indicating probability of the disorder; the difference was significantly higher in women (p = 0.006), in 4th to 6th year students (p = 0.001) and in those who recognized that their emotional wellbeing was negatively affected (p <0.001). Conclusion. The level of anxiety in students of the clinical cycle and IAR during the covid-19 pandemic was higher than in other studies and decreased in students in more advanced levels of the career. It is important to consider monitoring the mental health of students during the pandemic.

Key words. Pandemic, social confinement, emotional disorders, medical students, medical education.

 

ark caicyt: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/r09woat6s

 

 

 

Los primeros casos de síndrome respiratorio agudo severo causado por el coronavirus tipo 2 (SARS-CoV-2) fueron identificados en China en diciembre de 2019 (1), y a fines de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia internacional por la covid-19 (2). Como impacto de esta pandemia, se estimó un aumento global de la prevalencia de trastornos de ansiedad de 25,6% cada cien mil habitantes; para América Latina y el Caribe el aumento se estimó en 31,7% cada cien mil habitantes, en mayor medida mujeres y jóvenes (3).

En la educación médica la pandemia tuvo impacto disruptivo en los procesos de enseñanza y aprendizaje del pregrado (4,5) debido a los cambios en las prácticas convencionales (6). Los hospitales tuvieron que priorizar la asistencia de un número creciente de pacientes con covid-19. Cerraron las facultades, se suspendieron las prácticas, se aconsejó que los estudiantes se quedaran en sus casas para desacelerar el crecimiento de casos ante el riesgo de contagio y diseminación de la covid-19 a sus familias. Los métodos convencionales fueron reemplazados por la educación a distancia y actividades virtuales online (5).

Por otro lado, a medida que la pandemia fue avanzando, y debido a la falta de recursos en salud, el rol de los estudiantes de medicina fue cambiando; en EE.UU. y en Gran Bretaña se editaron guías para la participación de estudiantes que recomendaban para ellos un trabajo voluntario, con adecuada supervisión, entrenamiento apropiado, sin que tuvieran que hacer nada por encima de su competencia y provistos de equipos de protección adecuado (5,7). En Gran Bretaña los estudiantes del último año vieron acelerada su graduación y el comienzo de su carrera acompañados de sentimientos de ansiedad creciente y temores relacionados a su preparación (8). Durante la pandemia la mayoría de los estudiantes desempeñaron funciones importantes en hospitales, centros de atención primaria de la salud y en la comunidad; asimismo, se esforzaron para continuar sus estudios y seguir trabajando en el desarrollo de su futura carrera profesional, pero se destacó el impacto negativo de la pandemia sobre el bienestar mental y emocional de los estudiantes (8).

El objetivo del trabajo es evaluar la prevalencia de ansiedad en estudiantes del Ciclo Clínico y del Internado Anual Rotatorio (IAR) de la carrera de medicina de la Universidad de Buenos Aires durante la pandemia de covid-19 y describir su asociación con características demográficas, año del ciclo clínico, actividades médico-asistenciales y comunitarias durante la pandemia y percepción de discriminación por ser estudiantes de medicina en época de pandemia.

 

 

Material y métodos

 

El estudio fue observacional, de corte transversal, con diseño mixto cuantitativo y cualitativo. Se realizó de acuerdo con la Declaración de Helsinki y fue aprobado por la Dirección de Docencia e Investigación del Hospital de Clínicas. A través de la aplicación Google Forms, se administró el cuestionario utilizado en la División de Ciencias Médicas de la Universidad de Oxford, Gran Bretaña (8), solicitado a sus autores y traducido. El ciclo clínico de la carrera va de cuarto a sexto año y se completa con el IAR, en el que se realizan rotaciones formativas en los servicios de clínica médica, cirugía, pediatría y ginecología y obstetricia. La invitación a participar fue enviada a direcciones de correo electrónico de los estudiantes como una convocatoria general y de respuesta voluntaria. Al inicio del formulario se explicaba la finalidad del estudio, el carácter anónimo y confidencial de la información y se solicitaba el consentimiento para la participación. No se realizó una selección aleatoria. El trabajo de campo se inició el 10 de agosto de 2021 y finalizó el 16 de septiembre de 2021.

Se registraron las siguientes características demográficas: edad, género, nacionalidad, país de residencia y etapa de la carrera en curso en 2020 y en 2021. Se incluyeron preguntas sobre preocupaciones respecto de la covid-19, realización de tareas médico-asistenciales o comunitarias durante la pandemia, y su impacto sobre el bienestar mental y emocional. La mayoría de las preguntas contenían respuestas estructuradas de opciones múltiples y se solicitaba marcar todas las necesarias. También contenía algunas preguntas abiertas, de respuesta libre y espacios para sugerencias. Además, se preguntó sobre percepción de discriminación por ser estudiantes de medicina en época de pandemia.

Para la detección sistemática de ansiedad se administró la Escala para el Trastorno de Ansiedad Generalizada de 7 ítems (GAD-7) (9) en su forma adaptada al español (10). Los ítems incluyen síntomas y discapacidad asociada. Las respuestas son del tipo Lickert de 0 a 3. La puntuación puede oscilar entre 0 y 21, y sus niveles pueden agruparse de la siguiente manera: mínimo (de 0 a 4 puntos), leve (de 5 a 9), moderado (de 10 a 14) y severo (de 15 a 21 puntos) (9). Los autores proponen un punto de corte mayor o igual a 10 para diferenciar probables casos de probables no casos. En su adaptación al español, ese punto de corte llevó a una sensibilidad de 86,8% y una especificidad de 93,4% para un probable diagnóstico, con valores predictivos positivos y negativos de 92,9% y 97,6%, respectivamente (10).

Análisis estadístico: las variables continuas se presentan en números absolutos, porcentajes, mediana y rango intercuartílico (RIC); las variables categóricas, en números absolutos y porcentajes. El análisis de los supuestos de normalidad se basó en el test de Shapiro-Wilk. Las variables categóricas fueron evaluadas con la prueba de χ2 o el test exacto de Fisher, y las diferencias entre variables cuantitativas no paramétricas, mediante la prueba de Mann-Whitney-Wilcoxon y la de Kruskal-Wallis. Se consideró un nivel de significación igual o menor a 0,05. Los datos fueron procesados y analizados con el programa estadístico SPSS (IBM, versión 26).

 

 

Resultados

 

Respondieron el cuestionario 486 alumnos, 105 varones (21,8%) con una mediana de edad de 25 años (RIC: 5) y 377 mujeres (78,2%) con una mediana de edad de 25 años (RIC: 4). El 97% residía en Argentina. En el primer año de la pandemia (2020) el 63,2% de los estudiantes iniciaba el ciclo clínico (4.o año); en 2021 el 70% cursaba materias de 5.o y 6.o año (tabla 1).

 

TABLA 1. CURSO DEL CICLO CLÍNICO EN QUE ESTABAN EN 2020 (N = 467) Y EN 2021 (N = 479). UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Ciclo clínico

Año 2020

n (%)

Año 2021

n (%)

4.o año

295 (63,2)

30 (6,3)

5.o año

76 (16,3)

174 (36,3)

6.o año

71 (15,2)

175 (36,5)

Internado Anual Rotatorio (IAR)

25 (5,3)

32 (6,7)

Egresados en 2021

-

68 (14,2)

Total

467 (100)

479 (100)

 

El total de respuestas con respecto a las principales preocupaciones por la covid-19 (opción de respuestas múltiples) fue de 1571. La de mayor número de menciones se refirió al impacto sobre la carrera, 389 (24,8%); seguida de la preocupación por el impacto sobre su salud mental, 327 (20,8%); el riesgo de infección para la familia y amigos, 262 (16,7%); el confinamiento y la duración de las medidas de distanciamiento social, 217 (13,8%); el cambio en la modalidad de estudio, 184 (11,7%); el riesgo de infección para sí mismo, 97 (6,2%); la preocupación por estar en un hospital, 75 (4,8%). El rubro Otras preocupaciones, 20 (1,2%), incluía el impacto de la pandemia en los pacientes; en la salud mental y emocional de personas cercanas; recibirse sin haber visto un paciente; la crisis económica, la pobreza y la desocupación.

Cerca del 25% de los estudiantes (119/481) realizó tareas asistenciales durante la pandemia. No se observó asociación estadísticamente significativa según género (tabla 2). La gran mayoría lo hizo voluntariamente; sólo el 21,4% recibió viáticos, beca o remuneración. Colaboraron en la vacunación y dando información sobre probables efectos adversos. Otros hicieron hisopados, devolvieron resultados positivos del test, hicieron listas de contactos estrechos para el seguimiento de los pacientes con covid-19. Otros hicieron tareas administrativas en la recepción y registro de pacientes. Otros, en guardias de urgencias y en salas de internación, en las que aprendieron a hacer la anamnesis e historia clínica, participaron en el examen físico del paciente y prácticas supervisadas por médicos (por ejemplo, sacar sangre, poner vías periféricas, aprender a monitorear signos vitales, hacer una punción venosa, arterial, la evolución de pacientes, auxilios en la sala de emergencias). Varios comentaron que estas experiencias los ayudaron a entender el funcionamiento general de un hospital, por ejemplo, cómo se ingresa a un paciente, cómo se piden los traslados y otras cuestiones.

En cuanto a los sentimientos, la mayoría refirió haberse sentido bien o muy bien; útiles; con gusto por tener contacto con pacientes; por contribuir de alguna manera en esta situación tan difícil; por contribuir a aliviar el trabajo en los centros asistenciales; por sentirse más cerca de su profesión; por disminuir la angustia de no estar progresando o de estar siendo perjudicado en su formación por la pandemia; para aprender lo que no se aprendía por no poder cursar; como única alternativa para la práctica aunque no fuera la más segura. Algunos se sentían con miedo al contagio, sabiendo que corrían riesgos. Otros, agobiados, al sentir que faltaban conocimientos.

 

Tabla 2. TAREA MÉDICA ASISTENCIAL Y COMUNITARIA, ESTIGMA SOCIAL Y AFECTACIÓN DEL BIENESTAR EMOCIONAL EN PANDEMIA SEGÚN GÉNERO. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, 2021

Preguntas del cuestionario:

 

Género

Valor p

 

 

Varones

Mujeres

 

¿Realizaste durante la pandemia alguna tarea médica asistencial en algún hospital, sala de emergencia o equivalente?

(n = 481)

No n (%)

 n (%)

84 (80,0)

21 (20,0)

278 (73,9)

98 (26,1)

0,125

¿Realizaste durante la pandemia alguna tarea comunitaria?

(n = 482)

No n (%)

 n (%)

85 (80,9)

20 (19,1)

318 (84,4)

59 (15,6)

0,244

¿Tuviste que enfrentar un estigma social o discriminación por ser estudiante de medicina en época de pandemia?

(n = 480)

No n (%)

 n (%)

91 (86,7)

14 (13,3)

320 (85,3)

55 (14,7)

0,434

La pandemia por covid-19, ¿ha afectado tu bienestar mental y emocional?

(n = 477)

No n (%)

 n (%)

18 (17,5)

85 (82,5)

49 (13,1)

325 (86,9)

0,165

 

El 16,4% (79/482) realizó tareas comunitarias durante la pandemia. No se observó asociación estadísticamente significativa según género (tabla 2). La mayoría lo hizo voluntariamente; de este grupo, 3 de cada 10 recibió viáticos, una beca o remuneración. Las tareas realizadas fueron dar orientación a personas que iban a hisoparse; búsqueda activa de contactos estrechos; realizar llamados para corroborar el estado de los pacientes infectados; seguimiento y control del estado de salud, necesidades y aislamiento de casos confirmados; llamados a geriátricos ante la notificación de casos confirmados; tareas de apoyo administrativo como la carga de datos al sistema de notificación de casos y la carga de resultados de hisopados; colaborar en los registros de stocks de la capacidad de refrigeración de instituciones; control de temperatura y administración de alcohol en gel a quienes ingresaban a centros de salud. Otras: ayudar a organizar el trabajo voluntario de la comunidad; repartir alimentos y artículos de primera necesidad a personas vulnerables o enfermas; recorrida de barrios para el enrolamiento en el sistema de vacunación de gente mayor o con bajo nivel educativo; relevamiento del impacto de la pandemia en los inquilinos de viviendas precarias de la comuna, etc.

El 14,4% (69/480) enfrentó situaciones relacionadas al estigma o a la discriminación por ser estudiantes de medicina en pandemia. No se observó diferencia estadísticamente significativa por género (tabla 2). Estos estudiantes percibieron gestos y conductas evitativas y el rechazo de la gente, sobre todo durante la primera parte de la pandemia y en los días previos al inicio del confinamiento en marzo de 2020. Mencionaron variados ejemplos: andar por la calle o en el transporte público vestidos con el ambo (vestimenta que identifica al personal de salud) y notar el alejamiento de la gente, recibir miradas hostiles; notar aumento del distanciamiento social de los vecinos del edificio; estos evitaban cruzarse con ellos en pasillos; mostraban miedo o les prohibían compartir el ascensor o espacios comunes del edificio; relatan discusiones y malos tratos por el ambo usado; un estudiante encontró un cartel de advertencia en la puerta de entrada a su casa por vestir el ambo; otro mencionó que el portero del edificio lavaba con lavandina la puerta y el piso de la entrada del departamento porque sabía que era estudiante de medicina. Otros ejemplos mencionados: salir de un centro de vacunación escolar donde estaba como voluntario y, al cruzar un parque, ser increpado, empujado con violencia, acusado de ir contagiando a otros y recibir amenazas para que suspenda esas actividades. Salir a comer y recibir la advertencia de que como estudiante de medicina debería quedarse en su casa. Recibir trato diferente: lavanderías con miedo a recibir la ropa por miedo a contagiarse; ser discriminado en el proceso de selección laboral, ser rechazado en solicitudes de trabajo por el hecho de estudiar medicina.  Familiares y amigos que no querían recibirlos por miedo a que contagien, a que sean fuente de propagación del virus, a que lleven la covid-19 al hogar. La familia ponía más exigencias sobre la manera de entrar a la casa, vigilancia en la forma de higienizarse, en la observación de la aparición de síntomas. Por otro lado, mencionan las burlas de gente cercana que decía que se iban a recibir de médicos por internet, de manera online, que no iban a ser competentes, que no iban a estar capacitados. Discriminación por sentirse negativamente juzgados al estar aprendiendo desde la computadora de la casa en lugar de estar en el hospital; por no tener prácticas, que por ser parte de una generación de médicos que se iba a recibir sin ver pacientes iban a ser malos médicos; “¿un médico que nunca revisó un paciente?, ¿que nunca pisó un hospital?”; que será una médica “trucha” si no tuvo prácticas; “chamuyeros”1 que no saben nada; que es una vergüenza recibirse en estas condiciones; que el título va a ser un regalo; que la gente no va a querer atenderse con los médicos “pandemians”; que se van fijar el año de egreso y van a sentir desconfianza.

Con respecto al bienestar social y emocional, el 85,9% de los estudiantes que respondieron esta pregunta (410/477) reconocieron que la covid-19 afectó su bienestar mental y emocional. No se observaron diferencias estadísticamente significativas por género (tabla 2).

Con respecto a la detección sistemática de ansiedad (Fig. 1) el 55% de los estudiantes que respondieron obtuvieron puntajes de la escala de Ansiedad Generalizada (GAD-7) iguales o superiores a 10 (tabla 3), que es el umbral de probable diagnóstico de ansiedad. Esta proporción fue más alta entre las mujeres (56,6%) que entre los varones (47,6%). Las diferencias en el puntaje según género fueron estadísticamente significativas (tabla 4).

 

Figura 1. Distribución de los puntajes de la escala de Ansiedad Generalizada (GAD-7).

Universidad de Buenos Aires, 2021 (n = 485).

 

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE LOS PUNTAJES AGRUPADOS DE LA ESCALA DE ANSIEDAD GENERALIZADA GADS-7 SEGÚN GÉNERO. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, 2021 (N = 485)

Puntajes GAD-7

Varón

n (%)

Mujer

n (%)

Total

n (%)

0 a 4

22 (21,0)

36 (9,5)

58 (11,9)

5 a 9

33 (31,4)

129 (33,9)

162 (33,4)

10 a 15

31 (29,6)

140 (36,9)

171 (35,3)

15 a 21

19 (18,0)

75 (19,7)

94 (19,4)

Total

105 (100)

380 (100)

485 (100)

 

 

Tabla 4. PUNTAJES DE LA ESCALA DE ANSIEDAD GENERALIZADA (GAD-7) Y VARIABLES. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, 2021 (N = 485)

Variables

Puntaje GAD-7

Valor p

 

Número (%)

Mediana (RIC)

 

Género

 

 

 

Varón

101 (22,0)

9 (7)

0,006

Mujer

357 (78,0)

11 (7)

Etapa de la carrera en 2021

 

 

 

Cursa entre 4.° y 6.° año

386 (79,6)

11(7)

0,001

Cursa el Internado Anual Rotatorio (IAR) o egresa en 2021

99 (20,4%)

9 (5)

Tareas asistenciales

¿Realizaste durante la pandemia alguna tarea médica asistencial en algún hospital, sala de emergencia o equivalente?

 

No

345 (75,3)

10 (7)

0,313

113 (24,7)

10 (6)

Tareas comunitarias

¿Realizaste durante la pandemia alguna tarea comunitaria?

 

No

383 (83,6)

10 (7)

0,596

75 (16,4)

10 (8)

Estigma/discriminación

¿Tuviste que enfrentar un estigma social o discriminación por ser estudiante de medicina en época de pandemia?

 

No

394 (86,0)

10 (6)

0,091

64 (14,0)

12 (7)

Bienestar emocional

¿La pandemia por covid-19 ha afectado tu bienestar mental y emocional?

 

No

64 (14,0)

7 (6)

0,000

394 (86,0)

11 (7)

 

En el grupo que en 2021 cursaba el IAR (último año de la carrera) y el grupo de alumnos que egresaron en 2021, no se encuentran diferencias estadísticamente significativas en la distribución del puntaje de la GAD-7 (p = 0,497). En cambio, al comparar el grupo de alumnos del IAR y los egresados en 2021 con los alumnos que ese año cursaban entre cuarto y sexto año, la diferencia fue estadísticamente significativa (p = 0,001). En el año de inicio de la pandemia (2020) no se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre los alumnos que cursaban entre cuarto y sexto año y el IAR (prueba de Kruskal-Wallis, p = 0,192).

 

¿Qué hace sentir particularmente ansiosos a los estudiantes?

La pregunta tuvo diversas respuestas que dan cuenta del malestar, la ansiedad, el desánimo. Entre ellas: la incertidumbre con la carrera y el miedo a no recuperar el tiempo perdido. El estancamiento de los planes e ideales que hubieran surgido en los años de formación clínica. Inquietud porque de manera virtual no se aprende como se debería en una carrera que necesita prácticas hospitalarias; no se logra estudiar de manera eficiente. La ansiedad empeora al rendir parciales y finales orales presenciales después de más de un año y medio sin cursadas presenciales, sin ir al hospital, sin ver pacientes, sin clases ni biblioteca. Por otro lado, antes la interacción con compañeros de curso le daba vida a la carrera; la pandemia es estar solo detrás de una pantalla; la virtualidad acentúa sentimientos de la falta de sociabilidad y encierro. En ese contexto cuesta mucho encontrar motivación para estudiar. Hay que agregar dificultades para las clases virtuales como depender de que Internet funcione bien, que el tiempo esté bien, que no se corte la luz, que la computadora funcione bien, que ningún familiar entre a la habitación mientras dure la clase o exámenes.

Los miedos continúan: a que la formación se vea gravemente afectada; preocupación por la calidad del estudio y la capacitación para ser un buen médico; desesperanza ya que nada de lo aprendido se pudo afirmar en la práctica; las materias prácticas se hicieron teóricas. Miedo de no estar a la altura. Ansiedad por sentir que van a recibir el título sin haber tenido contacto con pacientes, sin haberlos revisado, sin saber auscultar; sin saber hablar con pacientes y no saber si llegarán a hacerlo antes de terminar la carrera. Miedo de recibirse sin tener una buena formación y poder ser juzgados por eso; desaprobar exámenes de la residencia; miedo a hacer daño a pacientes cuando tengan que trabajar. Sentir la desventaja de la falta de prácticas en la formación académica da tristeza y frustración es desmotivador; recibirse de médico/a sin haber tenido prácticas en el hospital y sin saber cómo interactuar en el ámbito hospitalario produce gran preocupación y ansiedad; da incertidumbre y miedo; angustia de manera constante porque esta situación va a afectar el desempeño profesional en un futuro ya no tan lejano. Miedo a fracasar cuando llegue ese momento.

 

 

Discusión

 

Antes de la pandemia de la covid-19, la ansiedad en estudiantes de medicina ya era un tema de atención (11-13). Así, en un metaanálisis sobre ansiedad que incluyó 69 estudios, se halló una prevalencia de ansiedad global de 33,8% en estudiantes de medicina que fue considerada sustancialmente mayor que la población general (13). Se observan diferencias significativas por género, y la prevalencia es mayor en las mujeres (12).

Como efecto de la pandemia, los niveles de estrés, ansiedad y burnout en estudiantes de medicina aumentaron (6,14-16). Ellos son especialmente susceptibles al impacto emocional por la covid-19 (17,18) y podrían tener mayor riesgo de resultados adversos o secuelas a largo plazo en respuesta a estas tensiones continuas durante la pandemia (16). Los estudiantes tuvieron que enfrentar desafíos excepcionales como el cierre de las facultades, la transición al aprendizaje online, la interrupción de las rotaciones clínicas, la adaptación a nuevos entornos académicos, el distanciamiento social (17), la falta de interacción con compañeros y profesores, la duración de las restricciones y la ausencia de prácticas con pacientes (14,18), además de sufrir estrés por falta de preparación para enfrentar la pandemia, incertidumbre sobre la enfermedad, miedo a contagiarse, enfermarse, contagiar y enfermar a seres queridos, en el caso de continuar con actividades prácticas clínicas (16,18) o por participar en tareas asistenciales. La cuarentena de largo plazo por covid-19 incrementó el estrés, la depresión y las conductas disfuncionales de aprendizaje de los estudiantes de medicina; contribuyó a que se sientan emocionalmente alejados de la familia, los compañeros y amigos (20); la cuarentena puede empeorar los comportamientos psicológicos y de aprendizaje (20). El aislamiento social de los estudiantes se asocia a mayores niveles de ansiedad (14); puede conducir a un estado de soledad crónica que, si se prolonga lo suficiente, puede tener efectos perjudiciales en la salud física y mental (21). La exclusión de estudiantes de los entornos clínicos produjo frustración no sólo por la pérdida de oportunidades de aprendizaje sino también por la imposibilidad de ayudar, ya que muchos perciben la obligación ética de participar en la respuesta ante la pandemia aun conociendo los riesgos de contagio (6).

El objetivo de nuestro trabajo fue evaluar la presencia de ansiedad en estudiantes del ciclo clínico y del IAR y su asociación con características demográficas, actividades asistenciales o comunitarias y percepción de discriminación por ser estudiantes de medicina durante la pandemia por covid-19. De acuerdo con la metodología utilizada, hallamos que el 55% de los estudiantes alcanzó o superó el puntaje de 10, que indica diagnóstico probable de ansiedad moderada o severa (el 47,6% de los varones y el 56,6% de las mujeres). Este resultado es mayor que el encontrado en otros estudios que también utilizaron el GAD-7, como el de Halperin y colaboradores (17), cuya prevalencia en estudiantes con puntajes iguales o mayores a 10 alcanzó el 30,6%; en el de Lee y colaboradores (15), una cuarta parte de los estudiantes estuvo en ese rango del puntaje; en el de García Espinosa y colaboradores (18), el 24,5% con ansiedad significativa. Un estudio realizado en Argentina (22) con otra metodología halló una prevalencia de síntomas de ansiedad moderada (13,4%), severa (8,4%) y extrema (28,7%) en estudiantes de Medicina de primero a sexto en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio debido a la covid-19. En cuanto al género, nuestros resultados coinciden con diferentes estudios que reportan diferencias significativas en la prevalencia de ansiedad generalizada entre varones y mujeres con mayores niveles de ansiedad en ellas (6,15,22). Para más del 85% de los estudiantes, la covid-19 tuvo impacto en su bienestar mental y psicológico. Al comparar la mediana de los puntajes de ansiedad de acuerdo con el año de curso de la carrera, los que cursaban el último año del IAR y los que egresaron ese año (2021) fueron los que tenían niveles más bajos de ansiedad. Ese resultado coincide con otro estudio (22) en el que también observaron un gradiente descendente de ansiedad a medida que los alumnos avanzan en la carrera. Probablemente esta diferencia se deba a que estos estudiantes tuvieron aprendizajes clínicos convencionales en 2019. Por otro lado, la covid-19 agudizó temores y suscitó pánico en sectores de la población y, como sucedió con otras enfermedades infecciosas, el miedo se asoció con discriminación (23,24). Los trabajadores de la salud pueden ser estigmatizados por actitudes de otros (25). En este trabajo, más del 14% de los estudiantes de medicina, identificados por la ropa que vestían o porque en el barrio o en el edificio se sabía que estudiaban medicina, percibieron la discriminación en forma directa, por gestos, palabras o acciones.

En la pandemia por la covid-19, un significativo número de estudiantes de medicina colaboró en diversas tareas en hospitales, centros asistenciales y en la comunidad (26). Formaron parte de ese “par de manos extras” (8) que ayudaron a mejorar la eficiencia de servicios de salud y contribuyeron a liberar la carga de los médicos formados para que se dedicaran a los casos complejos. También colaboraron en tareas comunitarias y sumaron eficiencia. En nuestro trabajo, una cuarta parte de los estudiantes colaboró en tareas asistenciales, las mujeres en mayor proporción, pero sin diferencias significativas; también dieron apoyo comunitario, pero en menor proporción. Sin duda la recomendación de preparar a los estudiantes no sólo para situaciones de desastre sino especialmente en procedimientos y prácticas para intervenir en situaciones de pandemia, protegidos de manera adecuada, tiene un enorme valor (27).

Los graves efectos de la pandemia por covid-19 pueden transformar de manera duradera la forma de educar a los futuros médicos, pero también pueden contribuir a su avance en el marco de la innovación y transformación curricular activa y representar un momento seminal para distintas disciplinas de la medicina (26). Sin embargo, las prácticas clínicas son un elemento esencial, indispensable en Medicina y el trato con pacientes, insustituible (28).

Este trabajo tiene varias limitaciones: fue realizado en una sola institución universitaria, su diseño es observacional transversal, se desconoce el nivel de ansiedad previo a la pandemia y no se puede atribuir asociación causal; el análisis bivariado no considera la influencia potencial de otros factores. La muestra no fue probabilística, la respuesta fue voluntaria, por lo tanto, no se pueden generalizar resultados ni establecer la tasa de respuesta, y puede haber sesgo de respuesta voluntarista. No obstante, consideramos que esta investigación puede contribuir a reforzar el interés por el seguimiento de aspectos de salud mental de futuros médicos.

Este trabajo es uno de los primeros realizados durante la pandemia de covid-19 en Argentina y muestra que más de la mitad de los estudiantes del ciclo clínico y del IAR incluidos en este estudio alcanzó niveles de ansiedad generalizada moderada y severa. Mencionaron que fueron afectados por la interrupción de clases, el cierre de la Facultad, el estricto confinamiento social, la privación de la experiencia socializadora esencial de la carrera que es estar en el hospital, aprender a ser médico/a en la realidad de la práctica hospitalaria, cursar y socializar con compañeros, tener trabajos prácticos para discernir y aplicar el conocimiento teórico; tener contacto con pacientes, aprender a interrelacionarse con ellos, aprender actitudes y conductas de buena práctica médica e institucional. El encierro, el aprendizaje virtual, las incertidumbres respecto de la carrera, los exámenes, las dudas sobre los procesos de aprendizaje; las preocupaciones por el contagio o por contagiar a otros, la discriminación por ser estudiante de medicina en pandemia parece haber socavado no sólo el ánimo y el bienestar, sino también las expectativas sobre la singularidad de la formación médica y la valoración de su futura identidad profesional. Parte del desafío académico relacionado al impacto de la covid-19 en la formación médica es considerar cómo atender sus probables secuelas en el bienestar emocional de los futuros médicos y cómo contrarrestar las desventajas de la educación a distancia, exclusiva y asociada al confinamiento, para contribuir a restaurar el valor de la identidad profesional.

 

 

Agradecimiento

A los estudiantes por su participación.

 

 

Referencias bibliográficas

 

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28. Piñel Pérez C. #NoSinMisPrácticas. Rev Esp Edu Med 2020;2:65-7

 

 

Nota al pie

 

1 Las palabras trucha y chamuyeros son de uso coloquial en el Río de la Plata; la primera significa falsa, fraudulenta; la segunda, conversador, hablador, mentiroso (fuente: Wikcionario https://es.wiktionary.org).