IMPORTANCIA DE LA EOSINOFILIA COMO BIOMARCADOR EN LA ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA (EPOC)

IMPORTANCE OF EOSINOPHILIA AS A BIOMARKER IN CHRONIC OBSTRUCTIVE PULMONARY DISEASE (COPD)

Alejandro Hernández Martínez,1 Laura Herrera Almanza,2 Mabel Dahiana Roldán Tabares,2 Yuban Sebastián Cuartas Agudelo,3 Lina María Martínez-Sánchez4

1 Interno de Medicina. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia.

2 Médica. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín.

3 Estudiante de Medicina. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín.

4 Bacterióloga, especialista en Hematología, magíster en Educación. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín.

AUTOR PARA CORRESPONDENCIA

Yuban Sebastian Cuartas Agudelo. Correo electrónico: yuban.cuartas@upb.edu.co

Los autores manifiestan no poseer conflictos de intereses.

 

 

Resumen

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por una limitación del flujo aéreo persistente, y está relacionada con inflamación crónica de la vía aérea. Dado que la EPOC es un proceso heterogéneo y complejo, se han intentado identificar fenotipos clínicos mediante biomarcadores para establecer tratamientos específicos. Los pacientes con EPOC y eosinofilia tienen alto riesgo de desenlaces adversos y exacerbaciones de la enfermedad, pero también tienen una mayor tasa de respuesta a los glucocorticoides e inmunomoduladores, por lo que la eosinifilia puede ser un biomarcador útil para guiar las decisiones terapéuticas y evitar consultas a los servicios de urgencias por disminución de exacerbaciones de la enfermedad. Esta revisión tiene como objetivo dar a conocer los aspectos más relevantes sobre el papel de la eosinofilia en el diagnóstico y manejo de los pacientes con EPOC.

Palabras clave. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, eosinofilia, eosinófilos, corticosteroides, neumología.

 

Abstract

Chronic obstructive pulmonary disease is characterized by persistent airflow limitation related to chronic airway inflammation. Given that COPD is a heterogeneous and complex process, attempts have been made to identify clinical phenotypes using biomarkers to establish specific treatments. Patients with COPD and eosinophilia are at high risk of adverse outcomes and exacerbations of the disease, but they also have a higher response rate to glucocorticoids and immunomodulators, so eosinophilia can be a useful biomarker to guide therapeutic decisions and avoid visits to the emergency services due to a decrease in exacerbations of the disease. This review aims to present the most relevant aspects of the role of eosinophilia in the diagnosis and management of patients with COPD.

Key words. Pulmonary disease, chronic obstructive, eosinophilia, eosinophils, glucocorticoids, pulmonary medicine.

 

ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/zcrs1anpr

 

 

 

Introducción y epidemiología

 

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad incapacitante que se caracteriza por una limitación del flujo aéreo persistente que se relaciona con la inflamación crónica de la vía aérea responsable de los cambios estructurales permanentes en las vías respiratorias y los pulmones. Estos cambios incluyen el estrechamiento, debido al aumento del grosor de las paredes, y la destrucción del parénquima pulmonar con pérdida de elasticidad. La hipersecreción de moco puede aumentar la producción de esputo y causar obstrucción de las vías respiratorias, lo que conduce a la exacerbación aguda de la enfermedad (1,2).

La EPOC afecta entre el 9% y 10% de la población adulta en Europa y Norteamérica; actualmente se clasifica como la cuarta causa específica de muerte más común a nivel mundial y se pronostica que será la tercera para 2030, lo cual se asocia a la exposición al tabaquismo, al envejecimiento de la población mundial y a la reducción de la mortalidad por otras causas de muerte como la enfermedad cardiovascular (3-6). La EPOC se presenta más frecuentemente en personas de edad avanzada, especialmente en mayores de 65 años; una revisión sistemática y un metaanálisis han demostrado que su prevalencia en adultos descendientes de personas con EPOC es mayor que lo que señalan las estimaciones basadas en la población general (7). A nivel mundial, la prevalencia estimada es del 10,7% (IC del 95%: 7,3-14,0%), y en Europa, del 12,4% (IC del 95%:10,8-14,0%); esto implica un alto costo, tanto en la pérdida de la calidad de vida de los pacientes como en el uso de recursos económicos de atención médica. En 2011 el costo total anual por caso en Europa fue 6147 euros, y en Estados Unidos, los gastos médicos anuales promedio por persona fueron 9800 dólares. Por su parte, la Unión Europea reporta que los costos directos totales de las enfermedades respiratorias corresponden al 6% del presupuesto total de salud y la EPOC representa el 56%. Se estima que en los próximos años los costos aumentarán, principalmente por las exacerbaciones de la enfermedad (3,4,8). Adicionalmente, los pacientes con EPOC pueden sufrir períodos de exacerbaciones que se asocian a una disminución de la función pulmonar y mayor morbimortalidad, especialmente si requieren hospitalización (9-11).

Dado que la EPOC es un proceso heterogéneo y complejo, se han intentado identificar fenotipos clínicos usando biomarcadores validados, con el objetivo de establecer estrategias de tratamiento específicas (12). Algunos pacientes con EPOC tienen una inflamación eosinofílica de las vías aéreas, tanto en la fase estable de la enfermedad como durante las exacerbaciones, lo que ha llevado a sugerir que la EPOC eosinofílica podría ser un fenotipo diferente de la enfermedad, con características clínicas distintivas (13-15).

La prevención de exacerbaciones es un objetivo terapéutico, y en la actualidad existen estudios para identificar y validar biomarcadores confiables para predecir el riesgo de que se presenten estas exacerbaciones (9). La eosinofília en la vía aérea ha sido difícil de diagnosticar históricamente debido a que el estudio de la celularidad requiere una técnica muy específica; aunque no hay un consenso entre los autores, actualmente se define como el número de eosinófilos en esputo ≥3% o un conteo sérico ≥300/µl. Este biomarcador presenta amplia relevancia clínica ya que ocurre en un 20-40% de los pacientes con EPOC y se asocia con una respuesta favorable a los corticosteroides y a otros medicamentos biológicos tales como los anti-IgE, anti-IL-5 y anti-IL-4R (9,10,16,17). El objetivo de esta revisión es dar a conocer los aspectos más relevantes sobre el papel de la eosinofilia y su importancia en el abordaje de los pacientes con EPOC.

 

 

Fisiopatología

 

La fisiopatología de la EPOC se describe como la obstrucción fija de la vía aérea debido a un proceso inflamatorio crónico, generado por la exposición a agresores pulmonares, lo cual lleva, generalmente, a un proceso de bronquitis crónica originada por la inflamación de las vías aéreas pequeñas, el engrosamiento de la mucosa con infiltrado de células inflamatorias e incremento en la producción de moco, Esto genera al paciente una tos productiva durante al menos tres meses al año en dos años consecutivos (18). El otro proceso vinculado es el enfisema, que consiste en el incremento de tamaño de los espacios terminales con presencia de fibrosis en las paredes, lo cual conduce a una disminución de la elasticidad y alteración en el intercambio de gases por la alteración del lecho alveolar-capilar. Este enfisema no ocurre de manera homogénea; por lo tanto, se han descripto diversos patrones: centroacinar, panacinar y buloso, los cuales se asocian respectivamente a tabaquismo prolongado, deficiencia del inhibidor de la proteasa α1 e incremento del espacio muerto fisiológico (18). A su vez, se han descripto cambios vasculares, debido a la vasoconstricción por el estado de hipoxemia crónica, lo que trae como consecuencia el incremento de la angiogénesis secundaria a factores de crecimiento e hipertrofia del musculo liso de las arteriolas pulmonares (19).

En este proceso inflamatorio crónico las citoquinas y proteínas de señalización extracelular como la interleucina (IL) 6, IL-1, IL-8, y el factor de necrosis tumoral alfa tienen un papel importante en el daño causado por inflamación y, a su vez, pueden ser útiles para determinar el riesgo de exacerbaciones (20).

Los eosinófilos se encuentran en diversos tejidos y pueden aumentar en presencia de infecciones parasitarias, asma, alergias y enfermedades autoinmunes, cuando se altera la función de las proteínas tensioactivas A y D. Estas proteínas regulan la actividad inflamatoria, pues se adhieren a los eosinófilos e impiden su degranulación, pero se ven inactivadas por enzimas proteolíticas en dichas patologías, lo que se asocia a mayor nivel de actividad de eosinófilos. Por su parte, en la EPOC, se activan a nivel pulmonar y originan un gran proceso proinflamatorio gracias a compuestos como la proteína básica principal y la proteína catiónica eosinofílica y peroxidasa, las cuales son capaces de alterar el epitelio pulmonar, generar estrés oxidativo e inducir la apoptosis de las células epiteliales. La peroxidasa eosinofílica es un marcador de mayor precisión para indicar la presencia y degranulación de eosinófilos en la vía aérea mediante enzimoinmunoensayo (21-23).

Se cree que la relación entre el incremento de los niveles de eosinófilos y las exacerbaciones se debe al edema, a cambios estructurales de la vía aérea y al incremento de la síntesis de moco, sumado a un aumento en el tiempo de permanencia de estas células en la vía respiratoria, secundario a una alteración de la fagocitosis. Sin embargo, esta relación aún no se conoce con certeza (22).

 

 

La eosinofilia como biomarcador

 

Además de la amplia variedad de presentaciones fenotípicas de la EPOC, ha surgido el concepto de “endotipos”: grupos de pacientes con características similares debidas a componentes biológicos subyacentes compartidos, los cuales pueden ser identificados con biomarcadores como la alfa-1 antitripsina y la eosinofilia (24,25). Tradicionalmente, la EPOC se ha considerado una enfermedad neutrofílica; sin embargo, cada vez se reconoce más que la inflamación asociada a eosinófilos puede desempeñar un papel clave en algunos pacientes. El recuento de eosinófilos en sangre puede ser un biomarcador útil para guiar las decisiones terapéuticas y predecir el riesgo de exacerbaciones graves (26-29). Una característica clave de un biomarcador clínicamente útil es que puede medirse y evaluarse objetivamente como un indicador de procesos biológicos normales, procesos patológicos o respuestas biológicas a una intervención terapéutica, lo cual hace de la eosinofilia un buen biomarcador de la enfermedad (30). Dado el potencial del recuento de eosinófilos como biomarcador en la EPOC, es importante comprender la distribución de los eosinófilos en sangre en estos pacientes y examinar si existe un fenotipo particular asociado con un nivel de eosinófilos en sangre para caracterizar adecuadamente a los pacientes e instaurar un manejo apropiado (15).

Los pacientes con EPOC y eosinofilia representan un subgrupo diferenciado con alto riesgo de desenlaces adversos, pues continúan exacerbándose a pesar de la terapia con múltiples inhaladores (24,31). La eosinofilia en la vía aérea se reconoce como un patrón inflamatorio en la EPOC y se ha reportado como un predictor confiable de la respuesta a corticoesteroides orales, además de prevenir exacerbaciones y disminución de la función pulmonar. Además, los pacientes con un nivel alto de eosinófilos en sangre parecen tener menor mortalidad (16,32-35). Debido a lo anterior, estratificar a los pacientes con EPOC según la eosinofilia podría ayudar en el pronóstico y manejo (36).

El conteo elevado de eosinófilos se ha asociado a ciertas características como mayor edad, sexo masculino, etnia europea, mayor índice de masa corporal (IMC) y no fumadores (27,37,38). Igualmente, la eosinofilia se ha asociado con mayor gravedad de la enfermedad por estadios de la Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD) mayores (III y IV) y un test de caminata de más de 6 minutos, aunque se relaciona con una menor dificultad respiratoria por el puntaje modificado del Medical Research Council (MRC) (27). A pesar de que algunos autores sugerían que la EPOC eosinofílica podría formar parte de la sobreposición entre asma y EPOC, los estudios recientes han mostrado que los pacientes con EPOC eosinofílica se diferencian de aquellos con EPOC y antecedente de asma en que presentan menos alergias, pero más inflamación eosinofílica (14).

Como biomarcador en la EPOC, la medición no podría indicar una condición estable; por lo tanto, a pesar de los valores de corte variables, los resultados de estudios sugieren que una proporción considerable de pacientes tienen niveles de eosinófilos en sangre oscilantes con el tiempo. Sin embargo, la falta de datos impide las comparaciones entre los resultados clínicos y la estabilidad temporal de los eosinófilos en sangre (34).

El recuento de eosinófilos en sangre se ha comparado con otros biomarcadores como el valor del óxido nítrico exhalado, y se ha demostrado que determinar este biomarcador no ofrece ventajas sobre la determinación de eosinófilos en sangre, además de que tiene una dificultad relativa para determinar la medición durante la exacerbación (37).

 

 

Medicamentos antieosinófilos

 

Tanto las terapias farmacológicas como las no farmacológicas para la EPOC buscan aliviar los síntomas y reducir el riesgo y severidad de las exacerbaciones (24). Teniendo en cuenta que la eosinofilia representa un endotipo diferenciado de la enfermedad, los tratamientos enfocados hacia la eosinofilia en la vía aérea se han asociado con la reducción en las exacerbaciones graves (25,36). Sin embargo, a pesar de que el uso de los medicamentos antieosinófilos ha sido ampliamente respaldado por la evidencia científica en el asma, para la EPOC la calidad y cantidad de estudios es menor, por lo que la evidencia es menos robusta (39).

Dentro de la lista de opciones terapéuticas se encuentran los corticoesteroides y anticuerpos monoclonales contra la IL-5, como el mepolizumab y el benralizumab, los cuales se abordan en la tabla 1 (40). Debido a que la IL-5 es crucial para el desarrollo de los eosinófilos, esta citoquina puede representar un blanco terapéutico importante para lograr disminuir las exacerbaciones de los pacientes mediante la disminución de estas células (22).

 

TABLA 1. MEDICAMENTOS UTILIZADOS EN EPOC CON EOSINOFILIA

Medicamento

Mecanismo

de acción

Utilidad

Corticoesteroides inhalados o sistémicos

Efecto proapoptótico en los eosinófilos

Se ha evidenciado la disminución de las exacerbaciones en pacientes con eosinofilia

Mepolizumab

Anticuerpo monoclonal dirigido contra la interleucina- 5

Mostró reducción de la frecuencia de exacerbaciones moderadas y severas

Benralizumab

Anticuerpo monoclonal dirigido contra la interleucina- 5

No ha demostrado la reducción de exacerbaciones

 

El mepolizumab es un anticuerpo monoclonal contra la IL-5 que disminuye las exacerbaciones graves en el asma eosinofílica, según los resultados obtenidos en varios ensayos clínicos (36). Los hallazgos del ensayo METREX (Mepolizumab vs. Placebo as Add-On Treatment for Frequently Exacerbating COPD Patients Characterized by Eosinophil Level) sugieren que este medicamento es seguro y efectivo como terapia adicional a la terapia con tres inhaladores en pacientes con EPOC eosinofílica y exacerbaciones frecuentes. Sin embargo, otro estudio similar no obtuvo los mismos resultados (22,36).

El benralizumab, un medicamento con mecanismo de acción similar, también ha sido estudiado sin demostrar reducción en la tasa de exacerbaciones ni modificaciones en la función pulmonar al evaluar la eosinofilia en esputo, pero sí tuvo efecto en el subgrupo de pacientes con valores sanguíneos basales de eosinófilos mayores a 200/µl (14).

En cuanto a los costicoesteroides, los inhalados presentan en estos pacientes mayor eficacia que los sistémicos, que logran disminuir los eosinófilos en sangre a un promedio de 71 células/µl (22). Sin embargo, los corticoesteroides sistémicos pueden causar eosinopenia en las 4 horas posteriores a su uso (36). Finalmente, es necesario poner énfasis en que el recuento elevado de eosinófilos en sangre de los pacientes con EPOC sirve para determinar la respuesta al tratamiento con corticoesteroides inhalados, aunque su objetivo no es disminuir los niveles de dichas células (22).

 

 

Conclusiones

 

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es una enfermedad con alta prevalencia caracterizada por la limitación del flujo aéreo persistente. La eosinofilia parece ser un biomarcador relevante para realizar una elección terapéutica adecuada, debido a que este fenotipo se asocia a una respuesta muy favorable a los corticoides inhalados. A su vez, estas células tienen un papel importante en la fisiopatología de la enfermedad en donde ocurre mayor respuesta inmunológica. Por eso, los medicamentos antieosinofílicos se encuentran en desarrollo e investigación.

La medición de eosinófilos sigue siendo un biomarcador prometedor en esta enfermedad y es especialmente útil para predecir el riesgo de exacerbaciones. Sin embargo, se necesitan más estudios para ayudar a validar adecuadamente los valores de corte de eosinófilos en esputo y sangre, las características clínicas que se producen y nuevos y mejores tratamientos para estos pacientes.

 

 

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