IMPACTO DEL AISLAMIENTO SOBRE LOS HÁBITOS SALUDABLES Y EL ESTADO
PSICOANÍMICO DE ADULTOS DE DOS CIUDADES DE LA ARGENTINA
IMPACT
OF ISOLATION ON HEALTHY HABITS AND PSYCHO-EMOTIONAL STATE OF ADULTS IN TWO
CITIES OF ARGENTINA
José M. Picco,1 Sebastián
García-Zamora,2 Sebastián
Wolff,1 Emanuel
González-Dávila,1 Juan José
Herrera-Paz,3 Pamela
Bobadilla-Jacob,4 Darío Ben
Igolnikof,5 Carla
Sandoval,2 Marcelo
Cáncer,6 David
Wolff1
1 Instituto de Cardiología y Medicina del Deporte Wolff, Mendoza,
Argentina.
2 Servicio de Cardiodiagnóstico, Investigaciones Médicas, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
3 Fundación para la Lucha contra Enfermedades Neurológicas, FLENI.
Buenos Aires, Argentina.
4 Servicio de Cardiología, Instituto Cardiovascular Lezica, Buenos
Aires.
5 Servicio de Cardiología, Sanatorio de la Trinidad, Ramos Mejía, Buenos
Aires.
6 Servicio de Cardiología, Instituto Argentino de Riñón y Trasplante,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
AUTOR PARA CORRESPONDENCIA
José
M. Picco. Correo electrónico: piccojose@gmail.com
El autor manifiesta no poseer conflictos de intereses.
Resumen
Desde
la implementación del aislamiento social obligatorio, muchas modificaciones se
han producido en la vida de las personas, con un impacto incierto en los
hábitos saludables y los factores de riesgo cardiovascular. El objetivo de este
trabajo es observar los cambios producidos en los hábitos saludables y el
impacto sobre el estado de ánimo de la cuarentena obligatoria motivada por la
infección por SARS-CoV 2. Se realizó una encuesta en línea con muestreo no
probabilístico por conveniencia con técnica “en bola de nieve” en dos regiones
del país, durante una semana en cada sitio: en Mendoza a los 40 días del inicio
de la cuarentena y en Capital Federal y Gran Buenos Aires a los 100 días del inicio
de la misma, para objetivar el impacto sobre los hábitos saludables, los
cambios en el estado de ánimo y su probable impacto sobre la salud. Contestaron
la encuesta un total de 3853 personas; la mayoría pertenecían a los grupos
etarios de 40 a 60 años (45,2%) y 20 a 40 años (33,7%), con predominancia de
sexo femenino (62%). Se observó aumento del sedentarismo respecto del inicio de
la pandemia y, en los que realizaban deporte, una disminución de la cantidad de
horas de práctica por semana. Hubo aumento en el consumo de bebidas alcohólicas
y cambios en la alimentación saludable. Se duplicó el uso de pantallas respecto
de antes de la cuarentena. El 72% de los encuestados refirió haber padecido
síntomas compatibles con depresión (tristeza, llanto, labilidad emocional).
Nuestros datos sugieren que el confinamiento social produce importantes
alteraciones negativas en diferentes esferas físicas y psicosociales,
empeorando hábitos saludables, cuyo impacto es difícil de predecir.
Consideramos necesario generar estrategias que mitiguen esto, a fin de mejorar
la salud de nuestra población.
Palabras clave. Infección por coronavirus, aislamiento social,
estilo de vida saludable.
Abstract
Since the implementation of mandatory
social isolation, people’s lives have seen major changes, with an uncertain
impact on healthy habits and cardiovascular risk factors. The objective of this
study was to observe the changes produced in healthy habits and the impact on
mood of the mandatory quarantine motivated by the SARS-CoV-2 infection. An
online survey was conducted with non-probability sampling for convenience with
the “snowball” technique in two regions of the country, for one week at each
site: in Mendoza, 40 days after the start of the quarantine and in Buenos Aires
city and Greater Buenos Aires, 100 days after its start to observe the
objective impact on healthy habits, changes in mood, and its probable impact on
health. A total of 3,853 people answered the survey; the majority belonged to
the age groups of 40 to 60 years (45.2%) and 20 to 40 years (33.7%), with a
predominance of women (62%). An increase in sedentary lifestyle was observed in
relation to the start of the pandemic, and in those who practiced sports, the
number of weekly hours of practice decreased. There were increased consumption
of alcoholic beverages and changes in healthy eating. Screen use doubled that
of the time before quarantine. 72% of respondents reported symptoms compatible
with depression (sadness, crying, emotional lability). Our data suggest that
social confinement produces important negative alterations in different
physical and psychosocial spheres, and the worsening of healthy habits, the
impact of which is difficult to predict. We consider it necessary to create
strategies that mitigate this impact, in order to improve the health of our
population.
Key words. Coronavirus infection, social isolation, healthy lifestyle.
ark caicyt: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/66l5llrjx
Desde que en marzo de
2020 la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia a la enfermedad
respiratoria SARS-CoV-2 causada por el nuevo coronavirus y se propusiera el
aislamiento como estrategia para disminuir la posibilidad de contagio, se
comenzó el experimento social más grande del universo conocido. Diferentes
ciudades de todo el mundo pasaron por períodos de aislamiento con distinta
duración; sin embargo, la cuarentena de nuestro país es hasta el momento la más
prolongada. Si bien esta medida demostró ser efectiva en términos de mitigar la
tasa de contagios iniciales, sus repercusiones en términos de hábitos
saludables y el impacto psicológico no han podido ser analizadas por completo.
Puntos
clave: no han existido tantas pandemias en el
mundo que justifiquen un aislamiento social tan extendido. En la bibliografía
consultada, con aislamientos más cortos que el observado en la Argentina, la
gente tiende a sufrir alteraciones de su estado psicoanímico. En esta encuesta,
observamos los cambios en los hábitos saludables y cómo impacta el aislamiento
sobre la esfera emocional.
La cuarentena es una
experiencia desagradable para la mayoría de las personas que la vivencian. La
separación de los seres queridos, la pérdida de libertad, la incertidumbre
sobre el estado de la enfermedad y sus consecuencias económicas pueden, en
ocasiones, crear efectos dramáticos. Se han reportado suicidios (1),
ansiedad, depresión e inclusive aumento de las demandas judiciales (2) tras la imposición de cuarentena frente a brotes de otras
enfermedades infectocontagiosas.
Así, los beneficios
potenciales del aislamiento masivo y prolongado deben sopesarse cuidadosamente
contra los posibles costos psicosociales (3). Además,
resulta impredecible cómo será el comportamiento de la gente al finalizar estas
medidas, y qué grado de estrés postraumático puede infligir el aislamiento
social.
Debido a lo expuesto,
decidimos realizar una encuesta para observar estos cambios en la población.
Material y métodos
Se realizó una
encuesta anónima, con un muestreo no probabilístico por conveniencia mediante
una estrategia de “bola de nieve”, buscando evaluar cambios en el estilo de
vida saludable, además de síntomas negativos asociados al confinamiento
obligatorio. El cuestionario se divulgó de manera digital, utilizando medios
electrónicos para invitar a participar voluntariamente a personas mediante
correo electrónico, WhatsApp y redes sociales. Los datos se cargan
automáticamente a una plantilla para su análisis posterior. Se evaluaron cuatro
dominios con un total de 36 preguntas: datos sociodemográficos, historia de
actividad física y hábitos de vida saludables, cambios en los hábitos
ocasionados por la cuarentena (modificaciones en la alimentación, ejercicio,
factores de riesgo cardiovasculares, consumo de alcohol y uso de pantallas,
entre los principales), y repercusión de la cuarentena en la esfera
psicoanímica (temores a la infección, frustración, pérdidas financieras, miedo,
ansiedad, entre los principales). El estudio fue realizado en dos cortes
transversales, cada una durante siete días; inicialmente se relevó a habitantes
de la ciudad de Mendoza a los 40 días de iniciado el confinamiento (4); la segunda cohorte se formó alrededor del día 100 de
cuarentena en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el Gran Buneos Aires
(área metropolitana de Buenos Aires). Se invitó a participar a personas con una
edad igual o superior a 18 años y cuya actividad laboral no estuviera vinculada
a la salud.
Análisis estadístico:
Las variables continuas se expresaron como media y desvío estándar o mediana y
rango intercuartílicos, según su distribución. La normalidad de la distribución
de las variables se evaluó a través de múltiples métodos, entre ellos
herramientas gráficas (histogramas, normal probability plot), sesgo,
curtosis y la prueba de Wilk-Shapiro. Las variables categóricas se expresaron
mediante números y porcentajes.
Para las
comparaciones entre grupos de las variables continuas que se distribuyeron
normalmente se utilizó la prueba de Student. Cuando la distribución resultó no
normal se aplicó la prueba de suma de rangos de Wilcoxon. Las comparaciones
entre proporciones se efectuaron mediante la prueba de χ2 o el test exacto de
Fisher, según la frecuencia de los valores observados. Posteriormente se
construyó un modelo de regresión logística múltiple de tipo explicativo, de
forma manual, con el objetivo de explorar posibles factores asociados de forma
independiente con el autorreporte de ansiedad o incertidumbre de los
participantes. Para el manejo de las variables cualitativas con más de dos
categorías se construyeron variables ficticias (dummy) indicando en la
tabla final qué categoría se tomó como referencia. Una vez que se obtuvo el
modelo final se evaluó su capacidad predictiva mediante la construcción de
curvas de rendimiento diagnóstico (ROC). En todos los casos se asumió un error α
del 5% para establecer la significación estadística. Los análisis fueron
realizados con STATA versión 13.0.
Resultados
Respondieron la
encuesta 3853 personas, de las cuales el 61,6% eran mujeres; la mayoría de los
participantes pertenecían a los grupos etarios de 40 a 60 años (45,2%) y 20 a
40 años (33,7%). Como nivel de estudio predominaron el grado universitario
(45,4%), seguido del terciario (21,2%) y el posgrado (19,8%). Respecto de la
actividad laboral, la mayoría de los encuestados se encontraba en relación de
dependencia (47,6%), seguida de trabajadores independientes (31,5%); el 11,3%
de las personas comunicaron ser jubiladas y el 9,6%, desocupadas. Casi la mitad
de los participantes residían en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (45,2%).
Entre los factores de riesgo expresados con más frecuencia estaban la
hipertensión arterial (13%), el tabaquismo (9,2%) y la dislipemia (8,5%).
Globalmente, el 31% de los participantes tuvieron algún factor de riesgo o
enfermedad crónica. El resto de las características de los participantes están
detalladas en la tabla 1.
TABLA 1.
CARACTERÍSTICAS POBLACIONALES Y DEMOGRÁFICAS DE LOS PARTICIPANTES ENCUESTADOS |
|
Característica |
Frecuencia |
Edad: - menor de 20 años - de 20 a 40 años - de 40 a 60 años - mayor de 60 años |
2,5% 33,7% 45,2% 18,6% |
Nivel educativo: - primaria - secundaria - terciario - universitario - posgrado |
1% 12,6% 21,2% 45,4% 19,8% |
Trabajo: - en relación de dependencia - independiente - desocupado - jubilado |
47,6% 31,5% 9,6% 11,3% |
Lugar de residencia: - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - provincia de Buenos Aires - Mendoza capital - no declarado |
45,2% 27,9% 24,2% 2,7% |
Convivientes en su domicilio: - personas sin riesgo* - personas con riesgo* - vive solo |
58,5% 25,7% 15,8% |
Factores de riesgo o enfermedades preexistentes: - hipertensión arterial - diabetes mellitus - hipercolesterolemia - enfermedad vascular** - otras enfermedad cardíacas*** - tabaquismo - otras enfermedades
crónicas+ |
13,0% 1,8% 8,5% 3,9% 4,8% 9,2% 0,6% |
* Riesgo, entendido
como familiares con probabilidades incrementadas de infecciones con covid-19,
o de desenlaces adversos con la misma. ** Se clasificaron
como enfermedad vascular: antecedentes de cardiopatía isquémica, infarto
agudo de miocardio, revascularización por cualquier método (angioplastia o
cirugía), accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio, y
enfermedad vascular periférica de cualquier territorio. *** Otras
enfermedades cardíacas: insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular,
valvulopatías moderadas o superior, cirugía de reemplazo valvular,
cardiopatías congénitas. + Otras
enfermedades crónicas: patologías no cardiovasculares declaradas por los
participantes. |
El 58,5% de las
personas convivían con familiares sin riesgo incrementado de infección por
coronavirus, mientras que el 25,7% refirió convivir con personas de riesgo. A
pesar de esto, el 63,9% de los encuestados manifestó haber tenido contacto con
personas fuera de su grupo familiar. El 83% de los incluidos hacía deporte
antes de la cuarentena, el 44% de ellos, entre 3 y 6 horas por semana; el 22%,
más de 6 horas semanales y el 22%, menos de 3 horas semanales. Sólo el 70% de
la población continuó haciendo ejercicio durante el aislamiento, modificando
las horas semanales: el 12% siguió haciendo más de 6 horas por semana; el 26%,
de 3 a 6 horas semanales y el 39%, menos de 3 horas por lapsos de siete días.
Antes del aislamiento
el 44% de las personas pasaba menos de 5 horas por semana frente a una
pantalla, el 37%, de 5 a 10 horas y el 22%, más de 10 horas. Durante el
aislamiento se duplicó el tiempo que los encuestados pasaban frente a una
pantalla; el 49% estaba más de 10 horas por semana frente a una pantalla; el
35%, entre 5 y 10 horas y sólo el 16%, menos de 5 horas. El 63% de la muestra
considera haber modificado sus hábitos alimenticios saludables durante la
pandemia y el 29% asegura haber aumentado el consumo de bebidas alcohólicas. Un
22% de los incluidos tuvo dificultad para contactar a su médico de cabecera,
pero sólo un 6% tuvo problemas para acceder a su medicación habitual. El 33%
refirió tener miedo a contagiarse de coronavirus, pero el 73% manifestó tener
miedo a que se contagie la enfermedad un familiar.
El 63% de la muestra
considera que hacer actividad física al aire libre debería estar exceptuado del
aislamiento, ya que esto mejoraría su ánimo y estado de salud mental (36,5%), o
su salud general (33%).
Al evaluar los
aspectos psicoanímicos de la población, tomamos las respuestas “sí” y “tal vez”
como afirmativas; de esta forma, el 71,9% de los participantes refirió
experimentar tristeza (ganas de llorar, aflicción o congoja); asimismo, el
60,3% expresó sentirse deprimido (desgano, falta de voluntad y desesperanza).
El 70,4% de los participantes reconoció sentir ansiedad (inquietud, aprensión,
incertidumbre o sensación de catástrofe). Globalmente, el 85,1% de los
encuestados expresó haber experimentado al menos uno de estos estados de ánimo;
además el 29,2% de los encuestados respondió que sentía tristeza, ansiedad y
depresión. Por otra parte, un 15,6% percibió violencia física o verbal durante
el confinamiento. El 70,3% de los encuestados manifestó sentir preocupación por
su situación financiera (Fig. 1).
Figura 1.
El 95,2% de la
muestra consideró que hacer ejercicio al aire libre mejoraría su estado de
ánimo durante el encierro.
Se construyó un
modelo de regresión logística con el objetivo de identificar posibles factores
asociados de forma independiente con el autorreporte de ansiedad o
incertidumbre de los participantes. Las variables que se asociaron de forma
independiente a este estado de ánimo fueron: género femenino (razón de
posibilidades [OR]: 1,27; p = 0,001), menores de 20 años (OR: 3,78; p
<0,0001), edades de 20 a 40 años (OR: 2,54; p <0,0001) y de 40 a
60 años (OR: 1,39; p = 0,012), vivir solo (OR: 1,28; p = 0,028) o
vivir con personas sin riesgo (OR: 1,19; p = 0,043), ser trabajador
independiente (OR: 1,4; p <0,0001) o desocupado (OR: 1,53; p =
0,002), y tener miedo al contagio propio (OR: 2,26; p <0,0001) o de
los seres queridos (OR: 1,39; p = 0,004) (tabla 2). Al evaluar el mismo
con una curva ROC encontramos que su capacidad predictiva era moderada, con un
área bajo la curva de 0,69 (Fig. 2).
TABLA 2.
VARIABLES INCLUIDAS EN EL MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA PARA EVALUAR
VARIABLES ASOCIADAS DE FORMA INDEPENDIENTE CON EL AUTORREPORTE DE ANSIEDAD O
INCERTIDUMBRE |
|||
Variable |
OR |
Intervalo de confianza del 95% |
p |
Género femenino |
1,27 |
1,09 a 1,46 |
0,001 |
Edad (mayores de
60 años como valor de referencia): |
|||
Menores de 20 años |
3,78 |
2,15 a 6,65 |
<0,0001 |
20 a 40 años |
2,54 |
1,94 a 3,34 |
<0,0001 |
40 a 60 años |
1,39 |
1,07 a 1,79 |
0,012 |
Nivel educativo
(primario como referencia): |
|||
Secundario |
0,83 |
0,41 a 1,66 |
0,59 |
Terciario |
0,67 |
0,34 a 1,35 |
0,26 |
Universitario |
0,89 |
0,45 a 1,77 |
0,75 |
Posgrado |
0,88 |
0,44 a 1,76 |
0,73 |
Convivientes
(vivir con personas de riesgo como referencia) |
|||
Vivir solo |
1,28 |
1,03 a 1,61 |
0,028 |
Vivir
con personas sin riesgo |
1,19 |
1,001 a 1,42 |
0,043 |
Condición laboral
(en relación de dependencia como referencia) |
|||
Independiente/autónomo |
1,4 |
1,19 a 1,64 |
<0,0001 |
Desocupados |
1,53 |
1,17 a 1,99 |
0,002 |
Jubilados |
0,91 |
0,67 a 1,25 |
0,57 |
Ciudad de
residencia (CABA como referencia) |
|||
Provincia de Buenos
Aires |
1,04 |
0,89 a 1,23 |
0,61 |
Ciudad de Mendoza |
0,89 |
0,75 a 1,06 |
0,2 |
Ver personas fuera de
su familia |
1,15 |
0,99 a 1,33 |
0,06 |
Miedo a
contagiarse (“no” como referencia) |
|||
Sí |
2,26 |
1,89 a 2,70 |
<0,0001 |
Tal vez |
0,84 |
0,70 a 1,00 |
0,05 |
Miedo al contagio
de familiares (“no” como referencia) |
|||
Sí |
1,39 |
1,12 a 1,75 |
0,004 |
Tal vez |
0,80 |
0,60 a 1,05 |
0,1 |
Figura 2. Valoración
del poder de discriminación del modelo desarrollado.
Discusión
Los efectos de la
pandemia por covid-19 y la cuarentena sobre la salud mental en la población
general no han sido evaluados sistemáticamente. Nuestro estudio dirigido a
examinar los cambios en los hábitos saludables y los síntomas compatibles con
ansiedad y depresión en la población adulta de Buenos Aires y Mendoza,
realizado a los 40 y 100 días del comienzo de la epidemia, muestra efectos
nocivos del aislamiento tanto en los hábitos saludables como especialmente en
el estado psicoanímico de las personas.
Las reacciones
psicológicas comunes relacionadas con la cuarentena masiva que se impuso para
atenuar la propagación de la covid-19 son: miedo generalizado y ansiedad, que
generalmente se asocian con la escalada de nuevos casos, junto con información
inadecuada que en ocasiones se divulga.
El aislamiento afecta
hábitos saludables como el ejercicio; así, de nuestros participantes sólo un
porcentaje menor fue capaz de sostener la cantidad de horas semanales de
entrenamiento. Tiempo que probablemente se reemplazó por horas frente a una
pantalla, ya sea por lo emergente del trabajo en la casa o por un aumento del
consumo de soportes en streaming. Estos cambios sobre los hábitos
saludables posiblemente influencien el desarrollo de factores de riesgo
cardiovascular, o empeoren el control de los ya existentes, como la
hipertensión arterial, valores altos de glucemia o de lípidos en sangre, resultados
que observaremos al finalizar el aislamiento obligatorio.
La utilización de
pantallas más de 4 horas diarias se ha asociado a mayor riesgo cardiovascular (5). Si bien es posible que este riesgo sea mediado por el
sedentarismo, no desestimamos que las horas frente a una pantalla y el
contenido que uno observa también puede aumentar el estrés en las personas.
Otros estudios
realizados con encuestas a personas que habían sido puestas en cuarentena
informaron una alta prevalencia de síntomas psicológicos como: trastornos
emocionales (6), depresión (7), estrés (8), bajo estado de ánimo (9), irritabilidad,
insomnio, estrés postraumático (10), ira (11),
agotamiento emocional (12). Se destaca una alta prevalencia
de estado de ánimo bajo e irritabilidad (10).
Estos síntomas
estuvieron presentes en más del 70% de las personas encuestadas, e incluso
fueron prácticamente igual de prevalentes a los 40 días como a los 100 días.
También debemos
considerar los estresores externos que podrían empeorar los síntomas de estrés
postraumático y el estado anímico de la población. Dentro de los estresores
externos, está la duración de la cuarentena. Se ha observado en algunos
estudios que cuanto mayor fue la duración, más seguido se observaron síntomas
de estrés postraumático, conductas de evitación y angustia (11,13,14). Si bien la duración de la cuarentena
no está aclarada en los estudios, uno de ellos observó que cuando la misma se
prolongaba más de diez días, aumentaban considerablemente los síntomas de
estrés postraumático (11). Esto podría explicar la similitud
de los resultados entre las encuestas hechas a los 40 y a los 100 días.
El miedo a la
infección propia o a que se infecten familiares es otro de los factores
externos por tener en cuenta, y algunas personas se preocupan particularmente
si presentan algún síntoma compatible con la enfermedad a pesar de que no la
padezcan (11,13-16).
El confinamiento
desestructura la rutina y reduce el contacto social, y tiende a producir
aburrimiento, frustración y sensación de aislamiento del resto del mundo, lo
que genera mayor estrés en las personas (11,13-17).
Las pérdidas
económicas, el miedo a perder el trabajo, la empresa, los ahorros y la
imposibilidad de realizar planes a futuro parecen estar entre los estresores de
mayor importancia, observados durante y después de la cuarentena. Algunos
trabajos han concluido que las pérdidas financieras como resultado de la
cuarentena crean un distrés psicosocial importante (18), y
son uno de los factores más frecuentes para presentar ansiedad y angustia,
incluso meses después de la finalización de la cuarentena (6,16). En nuestro modelo de regresión logística, los factores que
además se asociaron de manera independiente al estado de ansiedad fueron:
género femenino, menores de 20 años, edades de 20 a 40 años y de 40 a 60 años,
vivir solo o con personas sin riesgo, ser trabajador independiente o
desocupado, y tener miedo al contagio propio o de los seres queridos.
En este mundo
globalizado, donde todos los individuos pueden viajar y comunicarse, rara vez
nos hemos visto obligados al aislamiento social y la restricción a movernos;
esto se vincula a sentimientos de frustración e incertidumbre. Esta situación
sin precedentes relacionada con el brote de covid-19 está demostrando que las
personas en gran medida no están preparadas emocionalmente para los efectos
perjudiciales de desastres biológicos, demostrando cómo todos pueden ser
frágiles e indefensos.
Es necesario
implementar estrategias comunitarias para identificar y apoyar a los individuos
psicológicamente vulnerables durante este período de aislamiento (19).
Combatir el miedo y la ansiedad inducidos por la rápida propagación de la
pandemia debe ser reconocido como una prioridad de salud a fin de que las
autoridades formulen políticas y estrategias para reducir la carga de
enfermedad y las dramáticas consecuencias para la salud mental de este brote.
Nuestro estudio posee
algunas limitaciones que merecen ser señaladas: en primer lugar, la población
entrevistada posee algunas particularidades que limitan la generalización de
nuestros resultados. Así, los participantes de la encuesta fueron personas
predominantemente de mediana edad, con alto nivel educativo y con trabajo en
relación de dependencia. En segundo lugar, el autorreporte de los participantes
podría subestimar o sobreestimar algunas de las variables relevadas; sin
embargo, representa la percepción de los sujetos respecto de sus vivencias,
especialmente en lo que a aspectos psicosociales concierne. Finalmente, se debe
ser cauto a la hora de interpretar el modelo de regresión presentado, ya que la
construcción del mismo no fue uno de los objetivos iniciales del estudio.
Sin embargo, el
tamaño muestral importante, y la participación de individuos de diferentes
áreas geográficas de nuestro país son fortalezas que subsanan al menos
parcialmente los puntos señalados.
Conclusiones
En esta encuesta
diseñada para observar cómo se modifican los hábitos saludables en la población
y cómo afecta el aislamiento social el estado psicoanímico de esta, observamos
una amplia prevalencia de síntomas compatibles con ansiedad, tristeza y bajo
estado de ánimo. Los cambios en el estilo de vida saludable observados
probablemente repercutan sobre el estado de salud durante el tiempo de
aislamiento o en el inmediato posterior. Es necesario generar medidas y
estrategias para mitigar las consecuencias de esta pandemia nunca antes vivida
y acompañar a la población durante este momento.
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