MANEJO AMBULATORIO DEL ASMA LEVE Y MODERADA

OUTPATIENT MANAGEMENT OF MILD AND MODERATE ASTHMA

Ana María Stok,1 Ramón Ángel Rojas2

1 Directora médica de Investigaciones en Patologías Respiratorias, Tucumán. Docente de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Tucumán. Especialista en Neumonología.

2 Director médico de Investigaciones en Patologías Respiratorias, Tucumán. Docente de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Tucumán. Especialista en Neumonología.

CONTACTO PARA CORRESPONDENCIA

Correo electrónico: Dra. Ana María Stok, ipr_ana@yahoo.com.ar; Dr. Ramón Ángel Rojas, ipr_ramon@yahoo.com.ar

Los autores manifiestan no poseer conflictos de intereses.

 

 

Resumen

La categorización de la gravedad del asma se basa en la frecuencia de la aparición de los síntomas, la limitación de las actividades habituales, la cantidad de exacerbaciones y la limitación funcional respiratoria. En el asma leve y moderada, esta categorización nos orienta para iniciar el tratamiento y posteriormente para evaluar el seguimiento y la corrección del tratamiento instituido. Se estima que el asma leve representa entre el 50% y el 80% de los pacientes con asma atendidos en la atención primaria, la gran mayoría de los cuales son tratados sólo con agonistas beta 2 de acción corta (SABA, su sigla en inglés). Como esta población no está exenta de exacerbaciones, el 30-52% de las exacerbaciones que requirieron atención de urgencia ocurrió en pacientes que en los tres meses previos habían tenido síntomas menos de tres veces a la semana o que se disparaban sólo con ejercicio. La introducción de cambios en la Global Initiative for Asthma (GINA) desde 2019 a la fecha permitieron adoptar una nueva mirada del asma leve, por la cual ya no se recomienda el uso de SABA como monoterapia, porque puede enmascarar, subestimar y empeorar la inflamación en ausencia del tratamiento con corticoides inhalados, a los que el paciente con asma leve suele tener poca adherencia. Estudios recientes demuestran que un tercio de los pacientes con asma suelen utilizar tres cánisters o más de SABA por año, y esto se asocia a mayor riesgo de exacerbaciones y hospitalizaciones por asma. 

Palabras clave. Asma leve, asma moderada, exacerbaciones, corticoides inhalados, SABA.

 

Abstract

The categorization of asthma severity is based on the frequency of the onset of symptoms, limitation to usual activities, number of exacerbations, and respiratory functional limitation. In the case of mild and moderate asthma, this categorization guides us to starting the treatment and subsequently evaluating the follow-up and correction of the treatment in place. It is estimated that mild asthma represents between 50 to 80% of patients with asthma treated in primary care, the vast majority of whom are treated only with short-acting beta 2 agonists (SABA). Since this population is not exempt from exacerbations, 30-52% of exacerbations requiring emergency care occurred in patients who, in the previous three months, had had symptoms less than three times a week or triggered by themselves with exercise. The introduction of changes in Global Initiative for Asthma (GINA) from 2019 to date has allowed us to adopt a new view of mild asthma treatment, where the use of SABA as monotherapy is no longer recommended, because it can mask, underestimate, and worsen inflammation in absence of treatment with inhaled corticosteroids, to which patients with mild asthma usually have little adherence. Recent studies show that a third of patients with asthma use three canisters of SABA or more a year, and this is associated with a higher risk of asthma exacerbations and hospitalizations.

Key words. Mild asthma, moderate asthma, exacerbations, inhaled corticosteroids, SABA.

 

ark caicyt: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/jxs3ejcut

 

 

 

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea, que se expresa por síntomas como dificultad respiratoria, opresión torácica, sibilancias y tos, los cuales se manifiestan con gran variabilidad tanto en frecuencia como en intensidad.

La categorización de la gravedad del asma está basada en la frecuencia de sus síntomas característicos, la limitación en las actividades habituales, las exacerbaciones y la limitación en la función respiratoria.

Esta categorización suele variar en el tiempo, es plástica y debe ser evaluada antes, durante y después del tratamiento.

Los ataques de asma pueden ocurrir en cualquier categoría de gravedad. En el caso específico del asma leve y moderada, la gravedad orienta el inicio del tratamiento, el seguimiento del nivel de control del asma y las correcciones necesarias y oportunas al tratamiento controlador.

Globalmente, se estima que entre el 50% y el 80% de los pacientes asmáticos categorizados como leves son atendidos por médicos en el primer nivel de atención de la salud, escenario donde con frecuencia reciben como único tratamiento un agonista β2 adrenérgico de acción corta (SABA, su sigla en inglés) según necesidad, desconociendo o subestimando el hecho de que esta población de pacientes también está en riesgo de ataques de asma.

Así, entre el 30% y 52% de las exacerbaciones que requirieron atención de urgencia ocurrieron en pacientes con asma leve (1).

Desde 2019 a la fecha, la Global Initiative for Asthma (GINA) introdujo cambios focalizados en el asma leve y su control, y descarta como recomendación el uso de un SABA como monoterapia a demanda (PRN), con la evidencia de que este tipo de indicación podría minimizar, enmascarar o subestimar los síntomas, perpetuar la inflamación bronquial de base y predisponer a desenlaces agudos no deseados, toda vez que retarda o desplaza el uso de corticoides inhalados, para garantizar un óptimo control y una correcta adherencia al tratamiento antiinflamatorio (2).

Estudios recientes demostraron que la utilización de ≥3 dispositivos inhaladores por año de SABA se asocia con un mayor riesgo de exacerbaciones y visitas a la sala de emergencias (3).

Los pasos adecuados por seguir son:

 

A) Diagnóstico de asma → nivel de gravedad

Establecer y/o confirmar el diagnóstico correcto y oportuno del asma es el primer paso para garantizar un control óptimo de su evolución, para lo cual es imprescindible:

-    conocer y reconocer las características que definen el asma;

-    descartar de entrada otras patologías confundidoras.

Confirmado el diagnóstico, debemos identificar los parámetros que nos permitan dimensionar el nivel de gravedad del asma, de utilidad para decidir el tratamiento en la evaluación inicial del paciente, adaptándolo luego al nivel de gravedad y al grado de control del asma.

La figura 1 grafica una manera de categorizar el nivel de gravedad (4).

 

Figura 1. Adaptado de GEMA 5.0.

 

La figura 2 grafica la manera de categorizar la gravedad; GEMA 5.0 (adaptada de GEMA 5.0).

 

Figura 2.

 

Esta clasificación basada en el nivel de gravedad tiene las siguientes debilidades y fortalezas:

-    no dimensiona la capacidad de respuesta al tratamiento;

-    es de utilidad en la evaluación inicial del paciente;

-    es recomendable para la inclusión de pacientes en los ensayos clínicos.

 

B) Tratamiento → etapa inicial

Apenas confirmado el diagnóstico de asma, se debe plantear e iniciar el tratamiento con corticoides inhalados (CI) con el objetivo de conseguir un control óptimo lo más pronto posible, ya que:

a)  los pacientes, aun con asma leve, suelen tener exacerbaciones (5);

b)  los CI en dosis bajas reducen notablemente las hospitalizaciones y la mortalidad por asma;

c)  los CI en dosis bajas son muy efectivos para prevenir exacerbaciones severas, reducir los síntomas, mejorar la función pulmonar y prevenir la broncoconstricción inducida por el ejercicio, incluso en pacientes con asma leve;

d)  el tratamiento temprano con bajas dosis de CIS conduce a una mejor función pulmonar que si los síntomas han estado presentes por más de 2-4 años;

e)  los pacientes sin tratamiento con CI con exacerbación severa tienen como consecuencia a largo plazo una función pulmonar menor respecto de la de aquellos pacientes que iniciaron un tratamiento previo con CI (6-8).

 

 

Recomendaciones oportunas antes de indicar e iniciar un tratamiento controlador

 

a)  Registrar los datos que respaldan y/o confirman el diagnóstico de asma.

b)  Documentar el nivel de control de los síntomas y los factores de riesgo.

c)  Evaluar la función pulmonar toda vez que sea posible.

d)  Seleccionar el dispositivo inhalador más conveniente/apropiado para el paciente.

e)  Capacitar al paciente en el uso correcto de su inhalador, y luego corroborar el cumplimiento de la técnica apropiada.

f)   Programar una visita de seguimiento.

g)  Conocer las propuestas de tratamiento de las guías de asma y la correlación entre la gravedad y el control expresada en pasos de tratamiento.

 

Para clarificar la recomendación g), diseñamos una figura que permita identificar, con mayor facilidad, la correlación entre los diferentes pasos de tratamiento que GINA propone en 2021 y la clasificación clínica de gravedad del asma, ya propuesta por GINA en años previos (Fig. 3).

 

Figura 3. Así GINA actualmente incluye en los pasos 1 y 2 el asma leve, en el paso 3 el asma moderada y en los pasos 5 y 6 el asma grave.

 

 

Inicio del tratamiento

 

En 2021, GINA propone dos opciones de tratamiento referenciadas como vías de tratamiento basadas en la elección de la terapia de rescate (Fig. 4).

 

Figura 4. Inicio del tratamiento en adultos y adolescentes (adaptada de GINA 2021).

 

 

Vía 1: dosis bajas de CIS/formoterol como terapia de rescate

 

Esta es la primera opción recomendada por GINA debido a la evidencia de disminución del riesgo de exacerbaciones severas en comparación con el uso de un SABA como terapia de rescate, con control similar de síntomas y función pulmonar.

 

 

Vía 2: SABA como terapia de rescate

 

Es una opción alternativa si la opción 1 no es posible o si no es de preferencia para un paciente que, con su tratamiento controlador actual, no presenta exacerbaciones.

Antes de considerar un régimen con un SABA como terapia de rescate, el clínico debe evaluar y comprobar que el paciente cumpla en tiempo y forma con su medicación controladora; de lo contrario, se expondría a los riesgos de una monoterapia con un SABA.

Para la mayoría de los pacientes con asma, el tratamiento controlador puede iniciarse ya sea con una combinación de ICS-formoterol en dosis bajas según necesidad y en el caso de que este tipo de combinación no esté disponible se optaría por un CI en dosis bajas cada vez que el paciente deba utilizar un SABA de rescate o con un ICS diario regular en dosis bajas.

Se puede considerar, también, iniciar el tratamiento en un paso superior, por ejemplo, ICS en dosis medias/altas o ICS-LABA en dosis bajas, en el caso de que el paciente presente síntomas la mayoría de los días o de que se despierte con asma una o más veces por semana.

 

 

Nivel de control del asma y su seguimiento

 

Luego de seleccionar e indicar el tratamiento controlador inicial, se deben cumplir pautas de seguimiento para obtener y mantener un óptimo control del asma:

-    revisar y evaluar la respuesta al tratamiento inicial al cabo de 2-3 meses o según la urgencia clínica y ajustar el mismo según el nivel de control.

-    obtenido el nivel de control óptimo, es recomendable revisar y evaluar dicho control cada tres meses para decidir la conveniencia de mantener el tratamiento o ajustar el mismo a un paso diferente.

-    Consultar, a modo de guía, el cuadro de la figura 4.

 

 

Cómo garantizar un manejo y seguimiento

personalizado del asma

 

Recordar que los objetivos del tratamiento del asma a largo plazo son: el control de los síntomas, la reducción de riesgos a futuro, reducción de exacerbaciones, daño progresivo de las vías respiratorias, desenlaces fatales y efectos secundarios de la medicación.

Evaluar al paciente → ajustar su tratamiento → revisar la respuesta al mismo es un ciclo continuo y necesario para el mejor manejo del asma.

La evaluación del paciente asmático y su seguimiento debe ser personalizada, antes, durante y postratamiento y debe incluir:

-    control de los síntomas

-    identificación de factores de riesgo

-    identificación de comorbilidades

-    cómo, cuándo y cuánto cumple con su medicación controladora

-    identificación de las preferencias y objetivos de los propios pacientes.

Una evaluación personalizada y seguimiento regular de los pacientes pueden predecir su respuesta al tratamiento, minimizar el riesgo de resultados de salud deficientes y reducir la carga de la enfermedad al sistema.

 

 

Referencias bibliográficas

 

1.   Kaplan A. The myth of mild: severe exacerbations in mild asthma: an underappreciated, but preventable problem. Adv Ther 2021;38:1369-81

2.   Global Initiative for Asthma Strategy 2021

3.   Stanford RH, Shah MB, D’Souza AO, et al. Short-acting β-agonist use and its ability to predict future asthma-related outcomes. Ann Allergy Asthma Immunol 2012;109:403-7

4.   GEMA 5.0. Guía para el manejo del asma. https://www.semg.es/index.php/consensos-guias-y-protocolos/327-gema-5-0-guia-espanola-para-el-manejo-del-asma

5.   Dusser D, Montani D, Chanez P, et al. Mild asthma: an expert review on epidemiology, clinical characteristics and treatment recommendations. Allergy 2007;62:591-604

6.   O’Byrne PM, Pedersen S, Lamm CI, et al. Severe exacerbations and decline in lung function in asthma. Am J Respir Crit Care Med 2009;179:19-24

7.   Busse WW, Pedersen S, Pauwels RA, et al. The inhaled Steroid Treatment As Regular Therapy in Early Asthma (START) study 5 year follow-up: effectiveness of early intervention with budesonide in mild persistent asthma. J Allergy Clin Immunol 2008;121:1167-74

8.   Selroos O, Pietinalho A, Lofroos AB, Riska H. Effect of early vs. late intervention with inhaled corticosteroids in asthma. Chest 1995;108:1228-34