BURNOUT
EN LA RESIDENCIA MÉDICA. ESTUDIO TRANSVERSAL REALIZADO EN BUENOS AIRES,
ARGENTINA
BURNOUT
IN THE MEDICAL RESIDENCY. CROSS-SECTIONAL STUDY AT BUENOS AIRES, ARGENTINA
María Cristina
Pecci,1 Leonardo Gabriel Fata,2 María Fernanda
Cohen,3 Patricio Fernando Jacovella,4 Francisco
Azzato5
1 Socióloga, doctora
en Psicología y especialista en Estadística para Ciencias de la Salud. Ex
profesional del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Universidad de
Buenos Aires.
2 Médico especialista en clínica médica. Dirección asociada de Docencia
e Investigación del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, UBA.
3 Subdirectora de la carrera de Médico Especialista de Medicina del
Adolescente de la Universidad de Buenos Aires. Dirección asociada de Docencia e
Investigación del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, UBA.
4 Doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires, profesor
consulto de Cirugía. Dirección Asociada de Docencia e Investigación del
Hospital de Clínicas “José de San Martín”, UBA.
5 Doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires, profesor
regular titular de Medicina de la VI Cátedra, jefe del Departamento de Medicina
del Hospital de Clínicas y director de la Unidad Docente Hospitalaria.
AUTORA PARA CORRESPONDENCIA
María
Cristina Pecci. Av. Santa Fe 3866 piso 1-17 (C1425BHN), CABA. Teléfono: (011)
4421-1557. Correo electrónico: peccimc@gmail.com
Los autores manifiestan no poseer conflictos de
intereses.
Resumen
Introducción. Los médicos residentes trabajan en ambientes
de mucha carga en la atención de pacientes y en condiciones exigentes. Las tres
dimensiones claves del burnout son el cansancio emocional (CE), la
despersonalización (DP) y la falta de logros personales (RP). Objetivo.
Evaluar el burnout en médicos residentes. Materiales y métodos. Estudio
transversal. Muestra con selección aleatoria; el tamaño se eligió por
conveniencia. Variables del estudio: el burnout, variables demográficas (sexo,
edad, estado civil, lugar de nacimiento) y características del programa de la
residencia. Se administró el Inventario sobre el Desgaste Profesional de
Maslach (MBI-HSS, su sigla en inglés). Análisis: estadística descriptiva, test
de χ², prueba exacta de Fisher,
prueba de la t de Student, correlación de Spearmen, pruebas no
paramétricas, prueba de la U de Mann Whitney-Wilcoxon, prueba de
Kruskal-Wallis, análisis por conglomerados y test de Hotelling. Valor p ≤0,05. El programa estadístico utilizado fue
SPSS IBM versión 26. Resultados. Se entrevistaron 83 residentes. La
prevalencia del síndrome de burnout, definido como la presencia conjunta de
puntajes altos en el CE y la DP, alcanzó al 53% de los residentes y, al incluir
también el puntaje bajo en la RP, alcanzó al 26,5%. Se halló correlación
positiva entre el CE y la DP, ρ = 0,525 (p <0,001), y negativa entre el CE y la RP: ρ = -0,317 (p = 0,003). La DP se correlacionó de manera
negativa con la RP: ρ = -0,266 (p = 0,015). La falta de comodidades en la
guardia se asoció con puntajes mayores en la DP (p = 0,043). La menor cantidad de noches que
duermen en el hogar se asoció a un mayor puntaje en el CE (p = 0,002) y en la DP (p = 0,038); a partir del tercer año de la
residencia: mayor DP (p = 0,048). Conclusión.
Es importante la detección del burnout e intervenir para resguardar la salud y el bienestar de los médicos
residentes.
Palabras clave. Burnout, prevalencia, residencia médica, cansancio
emocional, despersonalización, realización personal, bienestar médico.
Abstract
Introduction. Residents work in very demanding
environments, with a heavy load of patient care and demanding conditions. The
three key dimensions of burnout are emotional exhaustion (CE),
depersonalization (DP) and lack of personal achievement (RP). Objective.
To evaluate burnout in residents. Materials and methods. Cross-sectional
study. Sample with random selection, the size was chosen by convenience. Study
variables: burnout, demographic variables (gender, age, marital status, place
of birth), and characteristics of the residency program. The Maslach Burnout
Inventory was applied. Analysis: descriptive statistics, Chi-square test,
Fisher's exact test, t test, Spearman correlation, non-parametric tests, Mann
Whitney-Wilcoxon test, Kruskal-Wallis test, cluster analysis and Hotelling’s
test. The p value was ≤0.05. The software
used was SPSS IBM version 26. Results. 83 residents were interviewed.
The prevalence of burnout syndrome, defined as the joint presence of high
scores in CE and DP, reached 53% of the residents; when including also a low
score in RP, it reached 26.5%. A positive correlation was found between CE and
DP: rho = 0.525 (p <0.001) and a negative correlation between CE and PR: rho
= -0.317 (p = 0.003). DP correlated negatively with RP: rho = -0.266 (p =
0.015). Lack of comfort in the facilities when residents are on call was
associated with higher DP scores (p = 0.043). Fewer nights sleeping at home was
associated with higher CE scores (p = 0.002) and DP (p = 0.038); from the third
year of residence onwards: higher DP (p = 0.048). Conclusion. It is
important to detect burnout and intervene to safeguard the health and
well-being of residents.
Key words. Burnout, prevalence, medical
residency, emotional exhaustion, depersonalization, personal accomplishment,
medical wellness.
ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/sroxyzz8u
Introducción
Dada
la intensa carga emocional relacionada con su trabajo, los médicos son
vulnerables al desarrollo del burnout (1-4).
Este fue estudiado inicialmente en profesiones de servicio y cuidado de otros (5). Las tres dimensiones clave del burnout son el cansancio o
agotamiento emocional, los sentimientos de despersonalización y la falta de
logros personales (6). Representa una crisis de salud
pública (7) y un problema para las organizaciones de salud
por su impacto financiero (8).
El
trabajo de los médicos residentes se caracteriza por la gran demanda de
atención a los pacientes, los horarios irregulares y extensos, los bajos
salarios y el trabajo de gran responsabilidad pero baja autonomía. Además,
pueden tener situaciones hogareñas demandantes (8-10); condiciones de trabajo intensas y potencialmente
traumáticas; desequilibrio entre el trabajo y la vida personal, y estrés
emocional (11). La residencia puede causar un nivel
significativo de burnout e interferir en las capacidades para establecer la
relación con el paciente, resolver dilemas diagnósticos y tomar decisiones
complejas sobre el tratamiento. El burnout se asocia a la depresión, al riesgo
de errores médicos y efectos negativos en la seguridad del paciente (1); a trastornos del sueño (12); a efectos
negativos en la salud mental; al ausentismo, y a la intención de abandonar la
profesión (5). Un metanálisis ubica la prevalencia del
burnout en médicos residentes en el 51%, con amplia variabilidad entre las
especialidades (13). Otros trabajos reportan la prevalencia
del burnout en residentes entre el 17,6% y el 76,0% (10,14). Se estima su incidencia anual en un grupo de residentes en
el 75% (11).
El objetivo de este
trabajo es evaluar la presencia del síndrome de burnout en una muestra de
médicos residentes de un hospital universitario de la Ciudad de Buenos Aires
mediante el Inventario sobre el Desgaste Profesional de Maslach (Maslach
Burnout Inventory -Human Services Survey) y analizar sus principales
características y factores asociados en las tres dimensiones: cansancio
emocional, despersonalización y realización personal.
Métodos
Se
diseñó un estudio de tipo observacional, de corte transversal. Para la
población y muestra, se partió de un listado de médicos residentes de un
hospital universitario de la Ciudad de Buenos Aires que cursaban las
residencias de cardiología, cirugía, clínica médica, dermatología,
endocrinología, gastroenterología, hematología, infectología, nefrología;
neumología, neurología, otorrinolaringología, oftalmología, traumatología,
pediatría, reumatología, salud mental, terapia intensiva, tocoginecología y
urología. La cantidad total de residentes de estas especialidades era de 272.
Por tabla de números al azar se seleccionó una muestra aleatoria de 100 médicos
residentes, en forma proporcional a la cantidad de residentes por especialidad
y sexo. En la determinación de su tamaño, primaron razones de implementación en
la práctica. Los reemplazos se efectuaron al azar. El trabajo se realizó de
acuerdo a la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial y de las
reglamentaciones locales; fue aprobado por la Dirección de Docencia e
Investigación del hospital. Se requirió el consentimiento verbal; el
cuestionario fue autoadministrado y anónimo; los datos, confidenciales. La
recolección se realizó entre octubre de 2019 y marzo 2020.
Variables del estudio
Para
la medición del síndrome de burnout, se utilizó el Inventario sobre el Desgaste
Profesional de Maslach (MBI-HSS, por sus siglas en inglés) (15).
La versión en español utilizada en este estudio se obtuvo con la debida
autorización de Mind Garden (http://www.mindgarden.com).
El cuestionario contiene 22 ítems que se agrupan en tres subescalas: cansancio/agotamiento
emocional (9 ítems), despersonalización (5 ítems) y realización
personal (8 ítems). La primera, el cansancio o agotamiento emocional (CE),
expresa sentimientos crecientes de agotamiento y empobrecimiento emocional en
el trabajo con la sensación de no poder seguir dando más de sí mismo (16). La despersonalización (DP) caracteriza la percepción
insensible y deshumanizada, junto con actitudes y sentimientos negativos y
cínicos (16). La tercera dimensión, la baja realización
personal (RP), es la tendencia a evaluarse a sí mismo de manera negativa
particularmente
en relación con el desempeño con pacientes (16). Los dos
componentes principales del burnout son el agotamiento emocional y el cinismo (17). Los puntajes de las tres subescalas se computan por
separado; es decir que no se combinan en un solo puntaje total. Se responde
mediante una escala Lickert de 7 puntos, que va desde 0 (nunca) a 6 (todos los
días). Con respecto a la confiabilidad del MBI-HSS, en este estudio el α de
Cronbach de la dimensión de cansancio emocional fue de 0,888; para la
despersonalización, su valor fue de 0,655; y para la realización personal,
alcanzó a 0,780. En este trabajo, el síndrome de burnout fue evaluado de dos
maneras: 1) como la presencia de puntajes altos en la dimensión del cansancio
emocional (≥27 puntos) y de la despersonalización (≥10 puntos) (15,18,19), y 2) considerando las tres
dimensiones de una manera más restringida se tomó como la presencia de puntajes
altos en las dimensiones del cansancio emocional y la despersonalización y bajo
en la dimensión de la realización personal (≤33 puntos).
Las
variables sociodemográficas incluidas en ese estudio fueron: sexo, edad,
nacionalidad y estado civil. Con respecto a la residencia, se registró la
especialidad médica, el año de curso, la cantidad de pacientes por día; la
cantidad de horas semanales de trabajo; el promedio de descanso en la guardia
de 24 horas; la disponibilidad de tiempo para desayunar y almorzar en la
guardia; la presencia de supervisión en esta; las comodidades para dormir y
para el aseo personal en la guardia; días promedio libres en la semana;
cantidad de noches que los residentes duermen en su hogar por semana; además de
su opinión sobre la capacitación en temas de liderazgo y manejo de conflictos
por parte de los responsables. Por último, se indagó si a partir del inicio de
su trabajo como médico residente habían comenzado o se habían acentuado el
consumo de alcohol, tabaco, café, fármacos para dormir, para la ansiedad o
antidepresivos; los conflictos con la pareja; el padecimiento de cefaleas,
dolores osteomusculares, problemas digestivos, cansancio crónico, irritabilidad
u otros (se pidió que aclararan cuáles). Se tuvo como referencia general la
Encuesta del Foro Internacional de Medicina Interna (FIMI).
Para
el análisis, las especialidades de las residencias se incluyeron en dos grupos:
1) dermatología, salud mental, neurología, oftalmología, endocrinología,
cardiología, gastroenterología, infectología, hematología, neumología,
nefrología y reumatología, y 2) cirugía, clínica médica, tocoginecología,
pediatría, otorrinolaringología, traumatología, urología y terapia intensiva.
Análisis
estadístico: la descripción de categóricas se presenta en porcentajes y las
cuantitativas, mediante la media, mediana, valores mínimos y máximos, desvío
estándar e IC 95%. De acuerdo al tipo de variable y al cumplimiento de los
supuestos, se aplicaron el test de χ2, el test exacto de Fisher, la
prueba de la t de Student, pruebas no paramétricas, la prueba de la U de
Mann Whitney-Wilcoxon, la prueba de Kruskal-Wallis; la correlación de Spearman,
el análisis multivariado por conglomerados (clusters) y coordenadas paralelas,
y el test de Hotelling. Se consideró una p ≤0,05 en todos los casos. Los
datos fueron procesados y analizados con el programa estadístico SPSS IBM,
versión 26.
Resultados
Características
generales: en total se respondieron 83 cuestionarios. La edad promedio fue de
30,2 años (desvío estándar (DE): 2,7 años). El menor tenía 25 años y el mayor,
38. Los participantes eran, en su gran mayoría, solteros (71,1%) y el 22% eran
casados y convivientes. Las mujeres representaron el 49,4% (41 mujeres). El 90,4%
de los residentes encuestados era de nacionalidad argentina. El 32,5%
correspondió al primer año de la residencia; 16,9% al segundo año; 26,5% al
tercer año; 15,7% al cuarto año y 8,4% a jefes de residentes. El promedio de
edad de los varones fue 30,8 años (DE: 2,7) y el de las mujeres fue 29,8 años
(DE: 2,6).
El
promedio general de los pacientes atendidos por día fue de 18,7 (DE: 9,67). El
promedio de horas de trabajo semanal en la residencia fue de 62,25 (DE: 27,15).
El promedio de horas de descanso en la guardia fue de 2,7 (DE: 2,4) (mediana =
2). El promedio de días libres en la semana fue de 1,19 (DE: 0,74) (mediana =
1). El promedio de noches por semana que los residentes duermen en el hogar fue
de 5,3 (DE: 1,4) (mediana = 5). El 71,1% de los residentes evaluó como poco
frecuente la capacitación en temas de liderazgo y manejo de conflictos en las
relaciones interpersonales por parte de los responsables del programa; el 67,5%
consideró que el sector para dormir y para la higiene personal durante la guardia
no contaba con comodidades; el 32,5% reconoció la disponibilidad de tiempo para
desayunar y almorzar en la guardia y el 67,4%, la presencia de supervisión en
las guardias siempre o casi siempre.
Burnout en la residencia
Los
puntajes promedio generales obtenidos en cada dimensión fueron: cansancio
emocional (CE) 32,95 (DE: 11,41); mínimo 6, máximo 54 (IC 95%: 30,46; 35,44).
Despersonalización (DP): 11,95 (DE: 6,29); mínimo 0, máximo 27 (IC 95%: 10,58;
13,33). Realización personal (RP): 34,94 (DE: 7,10); mínimo 9 máximo 47 (IC
95%: 33,39; 36,49).
TABLA 1.
DISTRIBUCIÓN DE LOS PUNTAJES DE LAS DIMENSIONES DEL ASLACH BURNOUT INVENTORY
(MBI-HSS) SEGÚN CATEGORÍAS (BAJO, MEDIO Y ALTO) EN RESIDENTES DEL HOSPITAL
UNIVERSITARIO. BUENOS AIRES, 2020 (n = 83) |
|||
MBI (HS). Dimensiones y categorías: |
n (%) |
Promedio (DE) |
IC del 95% |
Cansancio emocional (CE) |
|
|
|
Bajo (<19
puntos) |
9 (10,8) |
10,89 (4,2) |
7,6-14,1 |
Medio (19-26
puntos) |
13 (15,7) |
21,69 (1,8) |
20,6-22,8 |
Alto (27-54 puntos) |
61 (73,5) |
38,61 (6,5) |
36,9-40,3 |
Despersonalización (DP) |
|
|
|
Bajo (<6 puntos) |
12 (14,5) |
2,17 (2,03) |
0,87-3,4 |
Medio (6-9 puntos) |
20 (24,1) |
7,65 (1,04) |
7,16-8,14 |
Alto (10-30 puntos) |
51 (61,4) |
15,94 (4,1) |
14,7-17,1 |
Realización personal (RP)* |
|
|
|
Bajo (<34
puntos) |
33 (39,8) |
27,8 (4,9) |
26,1-29,6 |
Medio (34-39
puntos) |
26 (31,3) |
36,88 (1,6) |
36,2-37,5 |
Alto (40-48 puntos) |
24 (28,9) |
42,58 (2,3) |
41,6-43,5 |
*
Para RP los puntajes bajos son los importantes al considerar el burnout. |
La prevalencia del síndrome
de burnout, considerado como la presencia conjunta de puntajes altos en el CE y
la DP, alcanzó al 53% de los residentes. La definición más restrictiva del
síndrome, como la presencia simultánea de puntajes altos en el CE y la DP y
puntaje bajo en la RP, alcanzó al 26,5% de los residentes de la muestra.
Correlaciones
entre las dimensiones del MBI-HSS
Se
observaron coeficientes de correlación positivos entre el cansancio emocional y
la despersonalización: ρ = 0,525 (p valor <0,001); y negativo entre el
CE y la RP: ρ = -0,317 (p valor = 0,003). La DP también se correlacionó
de manera negativa con la dimensión de la realización personal: ρ = -0,266 (p
= 0,015). Es decir que a mayor cansancio emocional mayor despersonalización; a
su vez, estas dos dimensiones se asocian a una disminución de los sentimientos
de realización personal.
Análisis
bivariado: se presentan los
resultados del análisis de cada una de las dimensiones del MBI de acuerdo a las
características demográficas y del programa de residencia. Dormir menos de seis
noches por semana en el hogar se asoció de manera estadísticamente
significativa con el CE y la DP. A partir del tercer año de la residencia, se
observó una asociación estadísticamente significativa con la DP. No se hallaron
asociaciones significativas del CE y la DP con otras variables.
El
n de las preguntas relacionadas a la guardia fue de 71, porque se
excluyeron doce cuestionarios de residentes que no hicieron guardias. La falta
de comodidades en la guardia se asoció de manera estadísticamente significativa
con puntajes mayores en la DP (p = 0,043). No se observó una asociación
con el CE (p = 0,560) ni con la RP (p = 0,246). No se observaron
diferencias significativas con la supervisión en la guardia: CE (p =
0,330), DP (p = 0,492) y RP (p = 0,593). Considerar la falta de
capacitación en liderazgo, manejo de conflictos y relaciones interpersonales
por parte de los responsables del programa mostró una asociación
estadísticamente significativa con la DP (p = 0,025) y RP (p =
0,029): cuando se percibe su falta, aumenta el puntaje de la DP y disminuyen el
de la RP. En cuanto al estado civil, se encontró una diferencia significativa
en la proporción de baja RP entre los solteros en relación con los casados y
convivientes (p = 0,025); no se observaron asociaciones estadísticamente
significativas en el estado civil en relación con el CE (p = 0,140) ni
con la DP (p = 0,312).
Correlaciones
entre las variables: la cantidad de noches de la semana que los residentes
duermen en el hogar mostró una correlación negativa con el puntaje de cansancio
emocional, ρ = -0,341 (p = 0,02), y la mayor cantidad de noches en el hogar mostró una correlación
positiva con la realización personal: ρ: 0,221 (p = 0,045). Esto indica
que a menor cantidad de noches que se duerme en la casa, mayor CE; mientras que
mayor cantidad de noches, mayor RP. También se halló una correlación negativa
entre la cantidad de noches que se duerme en la casa y las horas de trabajo
semanales en la residencia: ρ -0,445 (p 0,00002); es decir, mayor
cantidad de horas de trabajo, menor cantidad de noches en el hogar. El número
de noches en el hogar se correlacionó en forma negativa con la edad: ρ -0,397 (p
0,0002). Se encontraron otras correlaciones, como una correlación positiva
entre la despersonalización y la mayor cantidad de pacientes atendidos por día:
ρ = 0,237 (p = 0,031); una correlación negativa entre la cantidad de horas
por semana que se trabaja en la residencia y la edad: ρ -0,295 (p =
0,007); y una correlación negativa entre las horas de descanso en la guardia y
la edad: ρ = -0,226 (p = 0,042); es decir, los más jóvenes pasan más cantidad de horas de trabajo en la residencia
por semana y descansan menos en la guardia. La cantidad de días libres de la
semana se correlacionó con la cantidad de noches que duerme en la casa: ρ =
0,257 (p = 0,021).
Con
respecto al grupo de especialidades médicas, el segundo que incluyó a la
cirugía, clínica médica, tocoginecología, pediatría, otorrinolaringología,
traumatología, urología y terapia intensiva mostró una asociación
estadísticamente significativa con niveles altos de cansancio emocional (p
= 0,018) con relación al otro grupo que incluyó la dermatología, salud mental,
neurología, oftalmología, endocrinología, cardiología, gastroenterología,
infectología, hematología, neumología, nefrología y reumatología. No se
observaron diferencias significativas en la DE (p = 0,067) y RP (p
= 0,537).
TABLA 2. VARIABLES DEMOGRÁFICAS, CARACTERÍSTICAS DE LA RESIDENCIA Y
DIMENSIONES DEL MASLACH BURNOUT INVENTORY (MBI-HSS) EN RESIDENTES DEL
HOSPITAL UNIVERSITARIO. BUENOS AIRES, 2020 |
|||||
Dimensión: Cansancio emocional (CE) |
Total (n = 83) |
CE
alto (puntaje 27 y más) (n = 61) |
CE no alto (puntaje <27) (n = 22) |
p |
|
Género (femenino) (n
y %) |
41 (49,4) |
31 (50,8) |
10(45,4) |
0,169 |
|
Edad, promedio
(años) (DE*) |
30,2 ± 2,7 |
30,03 ± 2,56 |
31,10 ± 3,0 |
0,224 |
|
Cantidad de
pacientes atendidos por día, promedio y DE |
18,69 ± 9,67 |
18,49 ± 9,73 |
19,05 ± 10,30 |
0,967 |
|
Horas de trabajo
semanal, promedio y DE |
62,25 ± 27,15 |
65,29 ± 28,36 |
54,85 ± 21,09 |
0,120 |
|
Horas de descanso
en la guardia, promedio y DE |
2,7 ± 2,4 |
2,95 ± 2,43 |
2,25 ± 2,53 |
0,113 |
|
Días libres en la
semana, promedio y DE |
1,11 ± 0,74 |
1,09 ± 0,68 |
1,22 ± 0,92 |
0,521 |
|
Noches de la semana
que duerme en el hogar, promedio (DE) |
5,30 ± 1,40 |
5,12 ± 1,28 |
6,10 ± 1,16 |
0,002 |
|
Sólo a veces tiene
tiempo para desayunar y almorzar en la guardia (n y %) |
56 (67,4) |
42 (68,8) |
14 (63,6) |
0,422 |
|
Año de la
residencia: |
1° y 2° (n y
%) |
41 (49,4) |
32(52,5) |
9 (40,9) |
0,249 |
3°, 4° y jefes de
residentes (n y %) |
42 (50,6) |
29 (47,5) |
13 (59,1) |
||
Dimensión: Despersonalización (DP) |
Total (n = 83) |
DP alto (puntaje 10 y más) (n = 51 ) |
DP no alto (puntaje <10) (n = 32) |
p |
|
Género (femenino) n
y (%) |
41 (49,4) |
25(49,0) |
16 (50,0) |
0,555 |
|
Edad, promedio
(años) n y (DE) |
30,2 ± 2,7 |
30,16 ± 2,7 |
30,55 ± 2,7 |
0,556 |
|
Cantidad de
pacientes por día, promedio y (DE) |
18,69 ± 9,67 |
20,04 ± 9,9 |
16,21 ± 9,2 |
0,091 |
|
Horas de trabajo
semanal, promedio y (DE) |
62,25 ± 27,15 |
63,86 ± 26,4 |
60,55 ± 28,2 |
0,517 |
|
Horas de descanso
en la guardia, promedio y (DE) |
2,7 ± 2,4 |
2,74 ± 2,4 |
2,84 ± 2,5 |
0,988 |
|
Días libres en la
semana, promedio y (DE) |
1,11 ± 0,74 |
1,07 ± 0,66 |
1,22 ± 0,88 |
0,606 |
|
Noches de la semana
que duerme en el hogar, promedio (DE) |
5,30 ± 1,40 |
5,10 ± 1,3 |
5,83 ± 1,2 |
0,038 |
|
Sólo a veces tiene
tiempo para desayunar y almorzar en la guardia n y (%) |
56 (67,4) |
38 (74,5) |
18 (56,2) |
0,069 |
|
Año de la
residencia: |
1° y 2° |
41 (49,4) |
21 (41,2) |
20 (62,5) |
0,048 |
3°, 4° y jefes |
42 (50,6) |
30 (58,8) |
12 (32,5) |
||
Dimensión: Realización personal (RP) |
Total (n = 83) |
Baja RP** (puntaje <34) (n = 33) |
Alta RP (puntaje 34 y más) (n = 50) |
p |
|
Género (femenino) n
y (%) |
41 (49,4) |
17 (51,5) |
24 (48,0) |
0,464 |
|
Edad, promedio
(años) n y (DE*) |
30,2 ± 2,7 |
29,9 ± 2,6 |
30,52 ± 2,7 |
0,386 |
|
Cantidad de
pacientes por día, promedio y DE |
18,69 ± 9,67 |
20,06 ± 11,4 |
17,71 ± 8,6 |
0,382 |
|
Horas de trabajo
semanal, promedio y DE |
62,25 ± 27,15 |
63,94 ± 27,7 |
61,81 ± 27,0 |
0,627 |
|
Horas de descanso
en la guardia, promedio y DE |
2,7 ± 2,4 |
2,9 ± 2,7 |
2,7 ± 2,2 |
0,893 |
|
Días libres en la
semana, promedio y DE |
1,11± 0,74 |
0,98 ± 0,67 |
1,22 ± 0,78 |
0,140 |
|
Noches de la semana
que duerme en el hogar, promedio (DE) |
5,30 ± 1,40 |
5,10 ± 1,3 |
5,54 ± 1,3 |
0,067 |
|
Sólo a veces tiene
tiempo para desayunar y almorzar en la guardia (n y %) |
56 (67,4) |
22 (66,6) |
34 (68,0) |
0,542 |
|
Año de la
residencia: |
1° y 2° |
41 (49,4) |
14 (42,4) |
27 (54,0) |
0,210 |
3°, 4° y jefes |
42 (50,6) |
19 (57,6) |
23 (46,0) |
||
* DE: desvío estándar. ** La baja RP es el indicador de
burnout. |
|||||
|
Por
último, se encontró que a partir del inicio del trabajo en la residencia, el
15,7% comenzó o acentuó el consumo de alcohol; el 16,9%, el de tabaco; el 14,5,
el de fármacos para dormir, para la ansiedad o antidepresivos; el 37,3%, el
consumo excesivo de café; el 50,6% reconoció el inicio o aumento de conflictos
con su pareja. En cuanto a consecuencias sobre la salud, el 36,1% reconoció
tener o haber acentuado las cefaleas; el 49,4%, los dolores osteomusculares; el
25,3%, los problemas digestivos; el 79,5%, el cansancio crónico y el 68,7%, la
irritabilidad. Con respecto al MBI, el cansancio emocional mostró una
asociación estadísticamente significativa con los dolores musculares (p
= 0,046), los problemas
digestivos (p = 0,034), el cansancio crónico (p = 0,00002) y la irritabilidad (p = 0,001). La
despersonalización mostró una asociación estadísticamente significativa con el
cansancio crónico (p = 0,051) y la irritabilidad (p = 0,001,
prueba de la U de Mann Whitney-Wilcoxon). El inicio o aumento del consumo de
tabaco mostró una asociación estadísticamente significativa con la subescala
del cansancio emocional (p = 0,028) y con la de despersonalización (p
= 0,019, prueba de la U de Mann Whitney-Wilcoxon). El inicio o aumento
del consumo de fármacos para dormir, para la ansiedad y/o depresión mostró una asociación estadísticamente significativa con la DP
(p = 0,005). La presencia de
conflictos de pareja mostró una asociación estadísticamente significativa con
la subescala de la realización personal (p = 0,018, prueba de la U de
Mann-Whitney): cuando existen se asocian a menores sentimientos de realización
personal.
Análisis multivariado por conglomerados
(clusters) y coordenadas
paralelas
Considerando
las dimensiones del MBI-HSS junto con el año de residencia, las cantidades de
pacientes atendidos por día, las horas de trabajo semanal, las horas de
descanso en la guardia, los días libres por semana y la cantidad de noches que
los residentes duermen en el hogar, se construyeron tres conglomerados (o clusters)
con el método no jerárquico de medias K. El primero incluyó al 38%; el segundo,
al 24%; y el tercero incluyó también al 38% de los residentes. Las
características distintivas de cada cluster se pueden observar en la
tabla 3.
TABLA 3. CLUSTERS:
COMPARACIÓN DE VALORES PROMEDIO EN VARIABLES DE INTERÉS EN RESIDENTES DEL
HOSPITAL UNIVERSITARIO. BUENOS AIRES, 2020 |
|||
Variables |
Cluster 1 |
Cluster 2 |
Cluster 3 |
Cansancio
emocional (CE) (puntaje promedio) |
23,87 |
36,37 |
40,67 |
Despersonalización
(DP) (puntaje promedio) |
9,13 |
10,16 |
16,1 |
Realización
personal (RP) (puntaje promedio) |
37,13 |
35,05 |
32,97 |
Edad (promedio) |
31,67 |
28,05 |
30,37 |
Año de residencia
(promedio) |
2,57 |
1,16 |
3,4 |
Pacientes por día
(promedio) |
16,87 |
15,89 |
22,13 |
Horas de trabajo
semanal (promedio) |
44,1 |
97,79 |
58,93 |
Horas de descanso
en la guardia (promedio) |
2 |
2,55 |
3,7 |
Días por semana
libres (promedio) |
1,47 |
0,82 |
0,98 |
Número de noches en
el hogar (promedio) |
6,5 |
4,42 |
4,83 |
En
cuanto a las tres dimensiones que conforman el síndrome de burnout, el tercer
grupo es el que tiene mayores puntajes en el CE y la DP y menor en la RP. Con
una edad promedio de 30 años, cursan el tercer año de la residencia, atienden,
en promedio, más de 22 pacientes por día, trabajan cerca de 60 horas semanales
y no alcanzan a dormir cinco noches de la semana en su hogar. La representación
de los clusters en los componentes principales se aprecia en la figura
1.
Figura 1. Representación de las coordenadas paralelas por
cluster en residentes del Hospital Universitario, Buenos Aires, 2020.
El test de Hotelling,
que compara los vectores medios de los grupos, muestra diferencias
significativas entre el cluster 1, el 2 y el 3 (p <0,001).
Figura 2. Diagrama de caja comparativo de las dimensiones
del Maslach Burnout Inventory (MBI-HSS). Cansancio emocional (CE),
despersonalización (DP) y realización personal (RP), entre clusters, en
residentes del Hospital Universitario, Buenos Aires, 2020.
El
diagrama de caja (boxplot) muestra diferencias entre los tres clusters:
los valores de la CE (p <0,001), DP (p <0,001) y la RP (p
= 0,044) resultaron estadísticamente significativos para la prueba del análisis
de la varianza no paramétrica de Kruskal-Wallis.
Discusión
Los
médicos residentes son significativamente vulnerables al burnout, la ansiedad,
la depresión (20) y a otros fenómenos probablemente
relacionados (21). Los resultados de este trabajo muestran
que el síndrome de burnout, definido como puntajes altos en las dimensiones del
CE y la DP, estuvo presente en más de la mitad (53%) de los residentes. Al
definir el síndrome de una manera más restringida, incluyendo la tercera
dimensión (puntajes altos en el CE y la DP y bajo en la RP), su presencia
afecta a más de una cuarta parte de los residentes (26,5%). Son prevalencias
compatibles con las informadas en otros estudios (10,13,14). Por otro lado, al analizar de manera
independiente cada dimensión, la presencia de puntajes altos en el CE afecta a
7,5 de cada diez residentes; la DP, a más de seis de cada diez residentes, y la
baja RP, a casi cuatro de cada diez. Una compilación reciente atribuye su alta
prevalencia a la falta de preparación de los médicos recién graduados para
enfrentar conflictos emocionales, sumados a estresores y condiciones laborales
inadecuadas en instituciones no preparadas para responder a médicos jóvenes
vulnerables al burnout (22).
Este
síndrome tiene correlatos con dolencias o alteraciones físicas vinculadas al
estrés, como dolores de cabeza, desórdenes gastrointestinales, tensión
muscular, hipertensión, episodios de resfrío o gripe y alteraciones del sueño (23). En este trabajo se encontró una asociación
estadísticamente significativa entre el CE y los dolores musculares, problemas
digestivos, el cansancio crónico y la irritabilidad. La DP mostró una
asociación estadísticamente significativa con el cansancio crónico y la
irritabilidad. Uno de los trabajos menciona el cansancio crónico, las molestias
digestivas, las cefaleas y la irritabilidad como problemas frecuentes asociados
a burnout y señala al CE como predictor de problemas de salud posteriores al
inicio laboral (22). Debido al burnout, también pueden
aparecen síntomas disfóricos, alteraciones mentales y comportamentales en
personas que no sufren formas previas de psicopatología (17,24).
Se
encontró una fuerte correlación positiva entre el CE y la DE. Es una asociación
esperada en teoría. Coincide con la literatura en la que el CE expresa la
experiencia de no poder dar más de sí mismo e impulsa a tomar acciones de
distanciamiento emocional y cognitiva del trabajo, a retirarse psicológicamente
de la tarea, como una manera de afrontar la demanda excesiva; así se desarrolla
la indiferencia o la actitud cínica como reacción a sentirse extenuados (5,17). En este trabajo se encontró que ambas
dimensiones, el CE y la DP, se asociaban en forma negativa con la RP. Esto
puede ser una función del CE, de la DP o de ambos, ya que es difícil ganar
sentimientos de logros personales al sentirse emocionalmente extenuado o cuando
se es indiferente frente al paciente que se atiende (5). No
obstante, estos autores vinculan la baja RP a la pérdida de recursos relevantes
(de apoyo, principalmente) mientras que la CE y la DP surgen de la presencia de
la sobrecarga y el conflicto social (5). La fuerte relación
entre el agotamiento y el cinismo hace suponer que el CE y la DP coinciden y
tienden a reforzarse mutuamente (24). Los mayores puntajes
en el CE y la DE se correlacionan negativamente con la capacidad de generar
empatía (25). Cuando se establecen como un patrón habitual
es contraproducente y disruptivo para el desarrollo adecuado de las tareas (17). La sobrecarga de trabajo asociada al agotamiento físico y
emocional puede llevar a sentimientos de aversión hacia los pacientes (26). Pero también hay autores que se preguntan si la
despersonalización puede ser atribuida a una creciente disminución del
humanismo y la empatía y a un aumento del cinismo en la formación médica (27,28).
Con
respecto a las especialidades médicas, se esperan diferencias en la prevalencia
del burnout, de acuerdo con la literatura (1,13,14,29,30). En nuestro
trabajo, si se considera el análisis bivariado, el cansancio emocional se
asoció significativamente a ser residente del grupo 2 (cirugía, clínica médica,
tocoginecología, pediatría, otorrinolaringología, traumatología, urología y
terapia intensiva). Este resultado no coincide con otros, como es el caso de un
estudio de residentes de primer año de diferentes especialidades, que no
reportó diferencias significativas (31). Otro trabajo, sin
embargo, encontró una diferencia significativa en la DP en residentes de primer
año de especialidades clínicas como medicina interna, emergencias, psiquiatría,
obstetricia y ginecología, en comparación con residentes de primer año de otras
especialidades, como anestesiología, cirugía, neurocirugía y radiología (25). Un metanálisis mostró heterogeneidad de resultados cuando
se compararon distintas especialidades y mayor presencia del síndrome de
burnout en residentes de cirugía general, anestesiología, obstetricia,
ginecología y ortopedia, en comparación con especialidades clínicas que
presentan menos situaciones de urgencia (8).
Tanto
el CE como la DP se asociaron significativamente con la cantidad de noches de
la semana que los residentes duermen en su hogar (es decir, que no están de
guardia del hospital): mayor nivel del CE y la DP a menor cantidad de noches.
La DP mostró una asociación significativa con el año de curso de la residencia
(mayores puntajes a partir del tercer año de la residencia). Eso coincide con
una de las expectativas teóricas, dado que el burnout resulta de la exposición
prolongada a estresores en el contexto de trabajo y se espera que aparezca más
tarde que temprano ante la misma situación en el transcurso del tiempo (5).
Con relación al sexo
y la edad, investigaciones anteriores muestran resultados contradictorios (1). En este trabajo no se encontraron diferencias
significativas entre el burnout y el sexo. Coincide en general con otros (5,9,25,27,32,33). No obstante, algunos de ellos
hallaron puntajes más elevados del CE y la DP en mujeres residentes (29), una asociación significativa entre el burnout y el sexo
masculino (13) o el CE significativamente mayor en las
mujeres pero con un considerable menor puntaje de la DP en las mujeres (14); el sexo masculino como predictor de la despersonalización
y la baja realización personal (22). Otro trabajo encuentra
una proporción mayor de burnout en residentes varones casados que en residentes
mujeres casadas pero la asociación significativa fue entre el burnout y el
estado civil (33). Otro trabajo encuentra mayor riesgo
relativo de síntomas de burnout en las mujeres (30). Con
relación al estado civil, en este trabajo se observó una diferencia
significativa de menor RP en solteros y separados, en comparación con los
casados y convivientes, al igual que otros trabajos mencionados por IsHak (1). En otros, no se observó asociación entre el burnout y el
estado civil (25).
La edad es una
variable que tiende a mostrar una correlación con el burnout (5,23). Hay trabajos que encontraron una asociación significativa
entre una edad mayor y una mayor prevalencia (13); otros no
reportan una asociación con la edad (22). En nuestro
trabajo, las correlaciones mostraron que son los más jóvenes los que duermen
menos noches en el hogar durante la semana, trabajan mayor cantidad de horas
semanales en la residencia y tienen un poco más de tiempo de descanso en la
guardia.
En cuanto al año de
la residencia y su relación con las dimensiones del burnout, en este trabajo la
DP mostró puntajes significativamente mayores en residentes a partir del tercer
año (inclusive) de la residencia. Otros trabajos encuentran una asociación
significativa entre el burnout y la residencia en años superiores (27): mayor burnout en residentes de tercer año (22).
En otros trabajos consultados, no se relacionó el síndrome con el año de
residencia o el nivel de entrenamiento (25,33).
La
cantidad de horas del turno de trabajo influye en el síndrome de burnout.
Trabajar más de 24 horas, la falta de sueño, de descanso y de tiempo libre
afectan el rendimiento profesional y aumentan el riesgo de cometer errores (26,34). Una posible explicación es que las
jornadas extenuantes de trabajo con alta exposición emocional provocan un
estrés constante (22). No obstante, con respecto a la
cantidad semanal de horas de trabajo, un estudio no encontró cambios estadísticamente
significativos en el burnout antes y después de reducir las horas de trabajo en
la residencia, porque los nuevos horarios requerían que los residentes
siguieran igual con una gran carga de trabajo bajo presión de tiempo (34). Sin embargo, otros trabajos reportaron diferencias
significativas entre la mayor cantidad semanal de horas de trabajo y la DP (22) o el burnout que se incrementa con el aumento en las horas
trabajadas, como encuentra Martini y colaboradores en un trabajo citado por
IsHak (1). La carga e intensidad del trabajo, el déficit de
descanso y las limitaciones en la autonomía para manejar el tiempo son
estresores; el apoyo de supervisores y colegas, el derecho a hablar y la
consideración de los superiores son recursos que pueden aliviar (26).
Dadas
estas condiciones de trabajo, se plantea que el burnout puede considerarse una
consecuencia natural del sistema de formación de las residencias médicas,
adaptaciones normales a los estresores del entrenamiento (11).
Otros sostienen que sus semillas se plantan temprano en la facultad de medicina
(1,36,37), donde pasa
inadvertido por sus autoridades (13) y forma parte de un
currículum oculto; es decir que lo aprenden de actitudes y hábitos de los
médicos, y los estudiantes lo interpretan como un comportamiento y una
identidad profesional adecuada (34,38).
Por
último, hay que considerar que la pandemia del coronavirus (covid-19) en 2020
aumentó la cantidad de estresores (2) en cuanto a la carga e
intensidad del trabajo en un marco de conocimiento en constante evolución (2,39). El personal de salud involucrado
directamente en la atención de pacientes con covid-19 experimentó mayores
niveles de burnout (40) en residentes, mayor fatiga
emocional, despersonalización (39) y tasas promedio
superiores del síndrome, en comparación con períodos normales anteriores a la
pandemia (2). Otros factores que contribuyeron a empeorar el
burnout en los residentes fueron la disrupción del entrenamiento en la
residencia, cambios en los horarios y turnos, la adaptación a los nuevos
protocolos y regulaciones organizacionales estrictas y el aislamiento de los
colegas al mismo tiempo que el aislamiento de la familia. Se señala que llevar
una máscara facial de protección puede llevar a una despersonalización de la
actividad, ya que hace imposible la lectura de las expresiones faciales y
disminuye la comunicación y socialización con los pacientes y colegas (2). De allí la importancia de mantener actualizada la
investigación sobre el tema, ya que puede contribuir a ajustar el diseño y la
aplicación de programas y acciones para reducir el burnout en los médicos
residentes (39,41).
En
cuanto a las limitaciones de este estudio, se señala que se incluyó una sola
institución, el n es relativamente bajo, la recolección de datos debió
interrumpirse debido a la pandemia de la covid-19, sin llegar al número
inicialmente esperado, y la muestra no puede considerarse representativa ni
pueden generalizarse sus resultados. Algunos residentes seleccionados no
participaron y se desconoce la razón; podría existir un sesgo de no
participación. El diseño transversal no permite diferenciar antecedentes y
consecuencias. El cuestionario fue autoadministrado y no se incluyeron medidas
objetivas del estado de salud u otras evaluaciones psicológicas o fisiológicas
que pudieran ser indicadores de burnout ni mediciones objetivas de la carga del
trabajo u otros factores asociados al agotamiento, la despersonalización y la
falta de percepción de logros y eficacia en el desarrollo de sus actividades.
No se diferenció entre residentes y jefes de residentes.
Conclusión
El burnout, como
prevalencia de sentimientos crecientes de agotamiento emocional en el trabajo y
la sensación de no poder seguir dando más de sí mismo (CE), junto con la
necesidad de tomar distancia, el desapego, la percepción insensible y actitudes
y sentimientos negativos y cínicos (DP), alcanzó a más de la mitad de los
residentes. La cantidad de noches que los residentes pueden dormir en su hogar,
estar a la altura del tercer año de la residencia y la cantidad de pacientes
que atienden por día mostraron su influencia en el CE y la DP. Dado su impacto
e implicancias en el ámbito personal, profesional e institucional, es
importante analizar formas de atender este problema y poner en marcha acciones
de detección e intervención temprana para resguardar la salud y el bienestar de
los médicos residentes al mismo tiempo que va consolidándose su formación
profesional.
Agradecimientos
A
los médicos residentes y jefes de residentes de las distintas especialidades
que participaron en el estudio; a los jefes de los diferentes servicios de las
especialidades médicas. A las señoras Mercedes Ojea y Silvia Valentino en la
recolección de datos; a la licenciada Débora Chan en el análisis multivariado.
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