ABUSO SEXUAL HACIA LAS INFANCIAS. LA IMPORTANCIA DE LA
DETECCIÓN DE LOS EQUIPOS DE SALUD Y LA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL PARA LA
PREVENCIÓN
CHILDHOOD
SEXUAL ABUSE. THE IMPORTANCE OF DETECTION BY HEALTH CARE TEAMS AND INTEGRAL
SEXUAL EDUCATION FOR PREVENTION
Alejandra Vázquez1
1 Licenciada en
Psicología. Surcos A.C.
CONTACTO PARA CORRESPONDENCIA
Correo electrónico: avazquez@proyectosurcos.org
La autora manifiesta no
poseer conflictos de intereses.
Resumen
El abuso sexual hacia las infancias es una
problemática social en todo el mundo, una vulneración extrema de los derechos
de niñas y niños y un grave problema de salud pública. Lleva muchos años de
existencia, pero poco tiempo de visibilización y reconocimiento social. El
nivel de complejidad del problema, así como los mitos y creencias erróneas
instaladas en el contexto sociocultural actual, dificultan su detección y
plantean importantes desafíos a los equipos de salud. Para comprender y abordar
las situaciones de abuso hacia las infancias es fundamental la capacitación y
actualización continua de los equipos de salud, que incluyan el conocimiento de
las particularidades de la problemática, la dinámica del abuso, sus efectos,
los indicadores para su detección y la importancia de la educación sexual
integral para prevenirlo. El presente artículo tiene como objetivo brindar
herramientas a los equipos de salud desde una perspectiva de derechos y salud
comunitaria que favorezcan una revisión crítica de las intervenciones en
situaciones de abuso hacia las infancias desde el sistema sanitario y promueva
abordajes interdisciplinarios, integrales e intersectoriales, a los fines de
evitar que se perpetúe la problemática y la revictimización de niñas y niños.
Palabras clave. Abuso sexual hacia las infancias, detección, educación sexual
integral.
Abstract
Childhood sexual abuse is not only a worldwide
social and public health issue, but also the extreme violation of boys’ and
girls’ rights. This subject matter has been around for many years, but its
exposition and social awareness are quite recent. The complexity of the issue,
along with the mistaken myths and beliefs rooted in current sociocultural
context, interfere with detecting and addressing the problem, posing a major
challenge for health care professionals. To better approach and comprehend
situations of child abuse, it is essential that health care teams have
continuous training and update on the matter, which include the insight of the problem’s
traits, the dynamics of the abuse, its effects, indicators for its detection,
and the importance of providing comprehensive sex education for preventing it.
The goal of this article is to provide tools to health care teams from a rights
and community health perspective that enable the health care system to favor a
critical review of interventions in situations of abuse towards children and
promote interdisciplinary, comprehensive and intersectoral approaches, in order
to avoid the problem perpetuation and the re-victimization of girls and boys.
Key words. Childhood
sexual abuse, detection, comprehensive sex education.
ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/oogkwkygk
El abuso sexual hacia las infancias es una de las
formas de violencia que ha estado invisibilizada durante muchos años.
Constituye un delito tipificado en el Código Penal como delitos contra la
integridad sexual y es una vulneración de los derechos de les niñes conforme la
Ley nacional 26.061 de protección integral de los derechos de las niñas, niños
y adolescentes promulgada en 2005.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la
Salud señalan que una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 varones han
informado haber sufrido algún tipo de abuso sexual durante la infancia (1). Por otra parte, el Estudio Global elaborado
por Unicef en 2014 estima que más de una de cada diez niñas sufrieron abuso
sexual en su infancia (2). En relación con los perpetradores,
aproximadamente el 95% son varones y las estadísticas indican que alrededor del
90% son familiares o pertenecen al entorno de confianza de la familia (3).
Definición
El abuso sexual hacia las infancias hace referencia
a un conjunto de conductas o actos con un contenido sexual y es cometido por
una persona adulta hacia una niña, niño o niñe con el propósito de conducir a
su gratificación sexual (4). La gratificación del ofensor está ligada al
placer que le produce la relación de dominio-sumisión-control. Al estar
cometidos por un adulto, estos actos tienen una intención sexual que no es
comprendida por les niñes de la misma manera que por las personas adultas, ya
que no se encuentran ni evolutiva ni emocionalmente madures para comprenderlos.
Hay una diferencia básica entre la adultez y la niñez por su nivel madurativo y
por su nivel de desarrollo psicosexual, motivo por el cual les niñes no pueden
dar su consentimiento, aunque estos actos contengan o no una coacción explícita
por cualquier medio y aunque comporte o no contacto físico o genital. El término
consentimiento no puede utilizarse en el contexto del abuso sexual hacia
las infancias, porque les niñes abusades sexualmente están siendo sometides a
la voluntad de quien abusa de elles, voluntad que además se ejerce desde una
posición de autoridad y con diversos niveles de coerción. (5) Esta diferencia entre les niñes y el adulto
evidencia un desequilibrio de poder marcado por la asimetría de edad y por el
lugar de significación que tiene ese adulto para elles. Esta asimetría de poder
ubica siempre a la víctima en un alto estado de vulnerabilidad y dependencia.
La mayoría de los perpetradores son varones. En
alrededor del 90% de los casos, el victimario forma parte del vínculo de
confianza de les niñes, de la familia, es conocido de elles o de la misma
familia. (3) En el 10-15% de los casos el victimario es
desconocido.
Los abusos sexuales se pueden presentar bajo dos
modalidades (6):
- Abuso sexual intrafamiliar: ocurren en el
ámbito intrafamiliar e incluyen a todo el grupo familiar biológico, político o
adoptivo, nuclear y extenso: padres, padrastros, madres, madrastras, hermanes,
tíes, primes, abueles.
- Abuso sexual extrafamiliar: involucran a
todas las personas que no conforman el grupo familiar de les niñes, pero que
tienen suficiente acceso a estes como para cometer el abuso a lo largo de un
tiempo: cuidadores, docentes, amigos y/o allegados de la familia o de algún
miembro en particular de la familia, entre otros.
Las conductas que conforman abuso sexual están
establecidas en el Código Penal de la Nación Argentina como delitos contra la
integridad sexual.
Las conductas de abuso incluyen:
- Violación, exposición de los órganos
sexuales, tocamientos, contacto genital oral, hacer que les niñes toquen al
adulto en sus genitales, por encima o por debajo de la ropa, contacto
oral-genital del adulto a niñes o viceversa, tocar a les niñes en sus genitales
por encima o por debajo de la ropa.
- Explotación sexual comercial: involucrar a
niñes en la obtención de pornografía aunque el adulto no tenga contacto con
elles, utilización de niños, niñas y niñes en espectáculos sexuales, donde
exista, además, un intercambio económico o pago de otra índole para les niñes o
para un tercero intermediario.
- Trata de niñes: implica el ofrecimiento, la
captación, el transporte y/o traslado –dentro del país, desde o hacia el
exterior–, la acogida o la recepción de niñes, con fines de explotación sexual.
- Grooming o ciberacoso sexual: es la
acción deliberada por parte de un adulto de acosar sexualmente a un niño, niña
o niñe mediante el uso de Internet.
Mitos y realidades
En nuestra sociedad existe una cantidad de
prejuicios y falsas creencias sobre el abuso sexual hacia las infancias que
están en la base de una visión distorsionada de la problemática (5,7), lo que en muchas situaciones favorece su
invisibilización y la revictimización.
Mitos |
Realidades |
Les niñes
mienten o fantasean cuando relatan situaciones de abuso sexual. |
Les niñes
no pueden fantasear detalles de una actividad sexual cuyo conocimiento es
absolutamente inapropiado para su edad. |
Los
abusadores son enfermos psiquiátricos. |
No son
enfermos, son totalmente responsables de lo que hacen. La pregunta que nos
tenemos que plantear es si estas personas pueden ser responsabilizadas por
sus actos, si conocen la diferencia entre una conducta que daña, que hace mal
y otra que no, y si han podido elegir de alguna manera realizar esa conducta
o no. Los abusadores lo distinguen, por lo tanto, deben ser
responsabilizados. La mayoría de las personas con trastornos psiquiátricos no
violenta sexualmente a niñes. |
Es fácil
detectar el perfil de un abusador. |
Es un
grupo muy heterogéneo, no hay un perfil específico. Pueden tener diferentes
tipos de personalidad. No hay ningún tipo de personalidad que excluya la
posibilidad de que una persona haya violentado sexualmente a niñes. |
La madre
casi siempre es la entregadora. |
Este mito
está vinculado a la cultura patriarcal que atribuye la responsabilidad y
culpa a las mujeres bajo la concepción de que “son malas madres por no haber
estado atentas a lo que les sucedía a sus hijes”. |
El abuso
sexual hacia la infancia es un problema de las clases sociales bajas. |
El abuso
sexual hacia les niñes en todas sus formas no distingue clases sociales,
género ni religión. |
La detección y
los equipos de salud
La detección por parte de terceros es muy difícil
por la resistencia a aceptar la realidad, por los mitos que rodean la
problemática, la intimidad en la que transcurre el abuso, y la ausencia de
capacitación y formación de la población en general para identificar las
señales de alarma. A los obstáculos mencionados se agrega la doble fachada del
perpetrador y su habilidad para imponer a les niñes una ley de silencio (8,9) que les garantiza la impunidad y genera en elles
sentimientos de temor y culpa muy difíciles de romper, especialmente cuando el
perpetrador es un familiar.
La revelación del abuso puede ser voluntaria o
intencional (10) y se puede presentar en el contexto de la atención
médica o de equipos de salud de diferentes disciplinas. Se debe tener en cuenta
que tal vez esa sea la única oportunidad en que se devele el abuso o les niñes
puedan expresarlo en palabras. Por ello, la intervención de los equipos de
salud es fundamental desde la sospecha/detección hasta la puesta en marcha de
los circuitos necesarios para garantizar la atención integral y la protección,
y de esta manera, evitar la perpetuación de la problemática.
Indicadores específicos
- Relato de les niñes (10):
Si una niña, niño o niñe nos cuenta una situación referida a una experiencia
sexual, propia o ajena, que por su edad no debería conocer, es importante saber
que es imposible que la haya inventado. Así sea un relato disfrazado en un
cuento, sueño o comentario al pasar en medio de otra conversación. No ser escuchade
puede ser traumático, ya que muchas veces superar la culpa, el miedo o la
vergüenza para volver a intentarlo puede llevarle muchísimo tiempo.
- Indicadores
físicos: Lesiones en la zona genital y/o anal; desgarros recientes o cicatrizales
del himen; diámetro del himen mayor de 1 cm; desgarro de la mucosa vaginal;
dilatación anal y esfínter hipotónico; sangrado por vagina y/o ano;
inflamaciones, enrojecimiento y lesiones por rascado (asociadas a hallazgos
anteriores) (10).
- Infecciones
de transmisión sexual: Sífilis; blenorragia; VIH no preexistente al momento del
nacimiento; condilomas acuminados (“verrugas genitales”); por VPH o canal de
parto, flujo vaginal infeccioso con gérmenes no habituales en niños mayores de
3 o 4 años (Clamydia, tricomonas, etc.); embarazo (10).
Indicadores psicológicos de alta certeza
- Conductas hipersexualizadas: interacción
sexual con pares (no confundir con exploración sexual), agresión sexual a niñes
menores o más vulnerables (10).
- Conocimiento sexual no acorde a la edad:
penetración pene/vagina, eyaculación, coito anal, descripción acerca de qué se
siente en el coito, descripción del semen: color, consistencia, etc. (10).
- Sintomatología asociada al estrés
postraumático.
Indicadores físicos inespecíficos
- Trastornos psicosomáticos (como dolores
abdominales recurrentes y de cabeza, sin causa orgánica); trastornos de la
alimentación (bulimia y anorexia nerviosa); enuresis y encopresis (regresiones
cuando ya se había logrado el control de esfínteres); infecciones urinarias sin
causa orgánica o externa identificable (10).
- Inflamaciones, enrojecimiento y lesiones por
rascado en la zona genital no asociadas a otras lesiones consideradas
específicas (10).
Indicadores psicológicos inespecíficos
- Miedo repentino a personas importantes para
elles o ante cuyo cuidado estuvieran, anestesia emocional, fobias y temores
inexplicables, fallas en la atención –pareciera estar ausente de su alrededor–,
retraso en el desarrollo intelectual, trastornos de la alimentación, trastornos
disociativos, depresión, fugas del hogar, hipervigilancia: se les ve
reservades, desconfiades, antisociales, a la defensiva, entre otros síntomas (10,12).
Dinámica de la
conducta abusiva
El abuso sexual se desarrolla a lo largo de un
tiempo a través de una vinculación progresiva cuya finalidad para el abusador
es el acceso al cuerpo de les niñes. Una vez que el abusador llega al contacto
con el cuerpo de elles, la intrusividad de ese contacto puede progresar con el
tiempo.
A lo largo de este proceso, puede o no haber
violencia física explícita (p. ej., pegarle al niñe para que acceda al abuso).
A veces basta con la amenaza de violencia para conseguir el sometimiento de las
víctimas. Otras veces la sola violencia emocional es suficiente, como decirle a
la víctima que el adulto se pondría muy triste si no accede a lo que se le
pide.
Autoras como Suzanne Sgroi (4) y Jorge Barudy (11) describen el abuso sexual en etapas bien
diferenciadas:
1. Fase de preparación: Hay una preparación del
terreno por parte del abusador. Establecen una relación especial con les niñes,
aíslan a la víctima del resto de las relaciones familiares. Establecen una
relación tan fuerte que generan una clara distancia: “Vení, contame a mí
porque tu mamá no te entiende”.
2. Fase de interacción sexual: Es progresiva y
gradual.
3. Fase del secreto: El secreto se enquista en el
momento en que se inicia el contacto sexual. Junto con el secreto viene la
coerción más o menos explícita. Se basa en el favoritismo, en la coerción o la
amenaza más explícita: “Si lo contás, yo me voy a morir de tristeza”. El
abusador impone la ley del silencio. Corta vínculos familiares y sociales que
podrían ser protectores. Les niñes no tienen más alternativa que adaptarse. Si
el abuso comienza cuando son pequeñes, no tienen conciencia de que se trata de
una relación abusiva. Al ir creciendo y conociendo otras familias, van dándose
cuenta. No pueden reconocerse como víctimas, se sienten parte de la relación y
causantes de la misma.
4. Fase de develamiento: El develamiento es la
revelación del abuso sexual, pero no es un acto único. Constituye un proceso
que puede llevar a negociaciones/ retractaciones/ minimizaciones/ develamiento
tentativo/ develamientos activos/ reafirmaciones. Cuando un niño devela el
abuso sexual se produce un quiebre de las barreras defensivas que ayudaban a
sostener el secreto y se produce el llamado síndrome del no/ puede ser/ a veces
sí. El develamiento puede ser intencional o accidental. La revelación significa
que le cuentan a alguien el abuso, relatan el abuso en una entrevista formal,
por ejemplo, la entrevista clínica, o se presenta en el proceso terapéutico (13).
5. Fase de reacción al develamiento: En algunas
situaciones la familia busca desesperadamente volver a su equilibrio, intenta
mantener, a cualquier precio, la unidad familiar.
6. Retractación:
Es un fenómeno propio del abuso sexual. Puede producirse por: presión del
ofensor o por conflicto de lealtades, temor ante la posibilidad de las
consecuencias por hablar cuando no percibe que pueda haber una respuesta de
apoyo, mecanismos disociativos en les niñes que se activen ante la irrupción
del material traumático. Todo efector de salud que tiene contacto con un niñe
involucrade en una situación de abuso sexual debe considerar que son portadores
de una experiencia traumática, que en muchos casos es de larga data y pueden
tener un fuerte temor a hablar de ello, más aún en situaciones en que el
abusador es un miembro de la familia o alguien con quien mantiene una relación
de afecto. Se les plantea una disyuntiva: no hablar de lo que pasó o hablar y
exponerse a la ruptura familiar. Por lo tanto, que les niñes se retracten de lo
que afirmaron no significa que su relato sea falso (11).
La prevención.
Importancia de la educación sexual integral (ESI) en las escuelas
La ESI cumple un papel fundamental para prevenir y
dar herramientas a les niñes a fin de que puedan contar lo que les pasa. Muchos
casos de abuso sexual fueron detectados en las escuelas luego de clases de ESI,
donde un niñe tuvo la confianza necesaria para poder contar su experiencia. La
Ley de Educación Sexual Integral promulgada en 2006 garantiza el derecho de
cada niñe y adolescente a recibir educación sexual integral, en la totalidad de
los niveles y establecimientos educativos del país. Abarca temas como el
reconocimiento del propio cuerpo, la prevención e identificación de casos de
violencia sexual contra los niños y las niñas, la prevención de embarazos no
intencionales, la libertad de elección sexual, el cuestionamiento a
estereotipos de género y a mandatos sociales que generan inequidad.
Las acciones de prevención deben estar dirigidas a:
- Brindar
herramientas a les niñes de autoprotección y para reconocer el abuso sexual y
la violencia en las relaciones.
- Favorecer la comprensión del abuso como una
relación de poder, de sometimiento a través del miedo, la amenaza y la
confusión.
- Promover el pedido de ayuda ante situaciones
que les puedan dañar.
- Promover el desarrollo de la intimidad y el
respeto por la intimidad propia y la de otras personas.
- Favorecer
la construcción y calidad de los vínculos, los modos de relación, la amorosidad
y el placer, que se distingue de las formas violentas y abusivas de vincularse.
- Promover habilidades para poder comunicar a
personas adultas protectoras situaciones que causen daño a su integridad.
- Brindar pautas para diferenciar interacciones
físicas adecuadas y las que no lo son.
- Favorecer el conocimiento de los secretos y
que nadie puede obligarles a guardar un secreto de algo que les incomoda.
- Promover el derecho a decidir sobre su propio
cuerpo.
- Promover
su autonomía para ir al baño, vestirse y bañarse.
- Explicarles que pueden decir NO cuando no
deseen ser tocados, incluso en formas que no sean sexuales, como un abrazo.
- Favorecer el reconocimiento y fortalecimiento
de los vínculos afectivos.
- Favorecer habilidades de autoprotección y
seguridad personal.
La
intervención desde los equipos de salud
La complejidad del abordaje del abuso sexual hacia
las infancias requiere indefectiblemente una intervención interdisciplinaria (13,14) articulada e intersectorial con perspectiva de
género y enfoque de derechos en la que se plasmen discursos de diversas
disciplinas que, aunados en un marco teórico compartido, comprenda la dinámica
del abuso y la multiplicidad de factores intervinientes. Es fundamental
comprender que no es posible una respuesta integral desde el consultorio o
desde una única disciplina sino desarrollando circuitos fluidos de atención,
coordinando los servicios del hospital y atención primaria y articulando
intervenciones con la justicia, fuerzas de seguridad, representantes de
educación y organismos de protección de derechos de les niñes, favoreciendo la
ubicación del problema en el contexto social.
Por otra parte, se debe comunicar a los organismos
locales, tal como lo establece el art. 30 de la Ley 26.061 de protección de
derechos de niñas, niños y adolescentes, una situación de vulneración de
derechos a les niñes cuando se tome conocimiento de esta, para promover su
protección integral.
Un
modelo de intervención que también esté basado en la promoción de la salud y la
prevención favorece el ejercicio de ciudadanía, promueve cambios sin esperar la
demanda y apunta a lograr modificaciones profundas de los factores de riesgo,
evitando que la problemática del abuso sexual a las infancias se perpetúe.
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