SEGUIMIENTO
ACTIVO DE CASOS DE TUBERCULOSIS DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19 EN UN HOSPITAL
GENERAL DE AGUDOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
ACTIVE
MONITORING OF TUBERCULOSIS CASES DURING THE COVID-19 PANDEMIC IN A GENERAL
HOSPITAL FOR ACUTE PATIENTS IN BUENOS AIRES CITY
Andrés Martín Pereira,1 Rocío Barrios,1 Jimena Aranda,1 Belén
Herrero,1 Marina Longordo,1
Silvina Hering,1 Graciela Ben,1 Adriana Koufios,1 Adriana Marcuzzo,1 Eugenia Cámera,1 Ariana Catalano,1 Enrique Paz1
1 Hospital General de Agudos Dr. Juan A.
Fernández.
AUTOR PARA CORRESPONDENCIA
Andrés Pereira. Correo electrónico: andres.m.pereira@gmail.com
Este artículo se escribió
basado en un estudio financiado por el Observatorio de Salud del GDFE por medio
de la beca de investigación “La salud como un tema de política pública".
Resumen
A pesar de la existencia de un tratamiento
efectivo, la persistencia de la tuberculosis (TB) en la Ciudad de Buenos Aires
(CABA) señala los obstáculos presentes en la accesibilidad a los servicios de
salud y la necesidad de visibilizar los determinantes sociales en la adherencia
a los tratamientos antituberculosos. El contexto de la pandemia de covid-19 y
del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) implicaron un fuerte
desafío para reorganizar los servicios de salud y afecta de manera exacerbada a
los grupos en situación de pobreza y vulnerabilidad social. Este artículo se
propone señalar los principales resultados de la implementación de una
modalidad de seguimiento activo de los casos de tuberculosis en un hospital
general de agudos de CABA entre 2020 y 2021. Se utilizó un diseño de
investigación en implementación con una metodología cuantitativa y cualitativa
para reconocer los principales obstáculos en el seguimiento y la adherencia a
los tratamientos antifímicos en el contexto de la pandemia de covid-19. Se
identificaron los grupos sociales afectados por la TB con mayor vulnerabilidad
social para el seguimiento: población en situación de calle, con consumo
problemático de sustancias y población transfemenina. Se señala el armado de
redes comunitarias con referentes de organizaciones de la sociedad civil como
una estrategia efectiva para acompañar a esta población.
Palabras clave. Tuberculosis, covid-19, vulnerabilidad social, sociedad civil,
vigilancia epidemiológica.
Abstract
Despite
an effective treatment, the persistence of tuberculosis (TB) in the City of
Buenos Aires (CABA, its acronym in Spanish) indicates the obstacles in
accessibility to health services and the need to make the social determinants
of adherence to the tuberculosis treatments visible. The
covid-19 pandemic together with the preventive and compulsory social isolation
(ASPO, its acronym in Spanish) mean a strong challenge for reorganizating
health services and exacerbate the problems of poor and socially vulnerable
groups. This article aims to show the main results of implementing an active
follow-up modality of TB cases in a general hospital for acute patients in CABA
in 2020-2021. The main obstacles in the follow-up and adherence to anti-fimic
treatments in the context of the covid-19 pandemic were identified through a
research design with quantitative and qualitative methodology. Social groups
affected by TB and higher social vulnerability were identified for the
follow-up: homeless, those with problematic substance use, and trans-female.
Setting community networks with mentors from civil society organizations were
an effective strategy for accompanying these populations.
Key words. Tuberculosis, covid-19, social vulnerability, civil
society, epidemiological surveillance.
ARK CAICYT: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26184311/xhidna1n6
Introducción
El impacto de la pandemia de la covid-19 en el mundo
ha presentado fuertes desafíos para los servicios de salud. Más allá de la
morbimortalidad y de la rápida propagación del virus en Argentina, el impacto
de la pandemia también puede identificarse asociado a otras problemáticas de
salud anteriores a esta en las poblaciones que están en situación de
vulnerabilidad (1). Las tareas de seguimiento y la continuidad
de los tratamientos se enfrentan a un escenario difícil con relación a la
reorientación de los servicios de salud frente a la pandemia de covid-19. Al
respecto, se priorizaron las actividades asistenciales hospitalarias orientadas
al diagnóstico de los casos de covid-19; por ejemplo, a partir de la
instalación de Unidades de Febriles (UFU) y la adaptación de los servicios de
internación para dar respuesta a la creciente demanda. En este sentido, el
diagnóstico de otros padecimientos infecciosos no aumentó con relación al
aumento de la sensibilidad de los servicios de salud hospitalarios frente a la
covid-19 como evento (2). En ese contexto, la disminución de
la accesibilidad a los servicios de salud, respecto a la TB, se convirtió en
una hipótesis.
En la actualidad, la tuberculosis (TB) es un
problema de salud que impacta en millones de personas que enferman y mueren por
esta causa (3-5). En todo el mundo se la
considera una de las primeras causas de muerte por enfermedades
infectocontagiosas. A pesar de la disponibilidad de un tratamiento efectivo, la
persistencia de la TB como padecimiento permite observar las dificultades de
los servicios de salud en el abordaje de las poblaciones más vulneradas (6). Algunas de las condiciones de mayor vulnerabilidad social
de la población afectada por la TB están vinculadas a los bajos recursos
económicos, la condición de minoría étnica, la condición de migrante, la
situación de encierro y hacinamiento, la coinfección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) y el consumo problemático de sustancias, entre
otras (7).
El actual contexto de la pandemia presenta la
oportunidad para subrayar la importancia del seguimiento de los tratamientos de
la TB por parte de los equipos de salud. El conjunto de las tareas de monitoreo
del estado de los tratamientos es fundamental para alcanzar mejores resultados
(8). Teniendo en cuenta que el tratamiento de la TB implica
mucho tiempo, cobra mayor visibilidad la necesidad de mejoras en el seguimiento
y monitoreo de los tratamientos, en el marco de la pandemia de covid-19.
Con relación a la pandemia, el área metropolitana de
Buenos Aires (AMBA) es la región más afectada en todo el país. Allí el
subsector estatal del sistema de salud es el que brinda atención a la población
más vulnerable, que no cuenta con otra cobertura de salud (ni obra social ni
prepaga). La identificación de las características de los grupos vulnerables (14) (población que vive en asentamientos de la Ciudad de Buenos
Aires (CABA), en situación de calle, en situación de consumo problemático, que
presenta casos de recaída o reinfección, con TB multirresistente y/o con
coinfección por VIH) como proceso de generación de conocimiento es una
herramienta para la implementación de intervenciones locales sobre la problemática
de la TB y de la covid-19.
Antes de la pandemia, en el año 2017, en Argentina
se informó una tasa de casos notificados de TB de 26,47 por 100.000 personas,
con un total de 11.659 casos, de los cuales fallecieron 706, según los datos
oficiales (9). En 2019 hubo un leve aumento: la tasa de
notificación de TB para ese período es de 26,9 y el total de casos es de 12.075
(10). Una de las características que presentó la
distribución de los casos es la heterogeneidad y la concentración en
determinadas jurisdicciones de la mayor parte de estos. Esa característica
refleja un escenario de fuertes desigualdades e inequidades sanitarias (11). En respuesta a este escenario complejo, en la actualidad
se desarrolla en todo el país el Plan estratégico para el control de la
tuberculosis (12). Este plan se presenta como una
herramienta para la determinación de acciones prioritarias como componentes de
la Estrategia Fin de la TB, propuesta por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) como meta para 2035 (13). Algunas de las acciones
concretas que se presentan en ese plan apuntan al reconocimiento de grupos
vulnerables, a la identificación de barreras de acceso (económicas, sociales y
geográficas), al diagnóstico temprano y al tratamiento efectivo.
En
una escala menor, en CABA se informó una tasa de casos notificados de TB de
45,08 por 100.000 personas en el año 2019 (3), por lo que es
la tercera jurisdicción con las tasas más altas de TB del país (10).
A la vez dentro de CABA también es posible desagregar la tasa e identificar
fuertes desigualdades entre las comunas, respecto de la distribución de los
casos notificados (11).
A pesar de que el tratamiento para la TB en
Argentina es gratuito, una de las principales barreras para el control de la
enfermedad es la no adherencia al tratamiento (6,15). La evidencia mostró que la interrupción del tratamiento,
que prolonga la transmisibilidad de la enfermedad y contribuye al desarrollo de
la resistencia y la multirresistencia a los medicamentos, ha sido uno de los
principales obstáculos y desafíos (13). En ese sentido, la
implementación de intervenciones de búsqueda activa y seguimiento de casos
demostraron ser efectivos en otros países (16).
Materiales y
métodos
El objetivo de este proyecto es implementar un
circuito de seguimiento activo de casos de TB en un hospital general de agudos
de la CABA e identificar el impacto de las medidas del aislamiento social
preventivo y obligatorio (ASPO) en la adherencia a los tratamientos. El mismo
se desarrolla con una beca de investigación del Observatorio de Salud del Grupo
de Fundaciones y Empresas. Se trata de una investigación en implementación (17) que utiliza una metodología cualitativa y cuantitativa para
el seguimiento de los casos y para la identificación de obstáculos en ese proceso.
El seguimiento activo de los casos de TB implica el
llamado telefónico a los sujetos con casos de TB notificados por la División de
Promoción y Protección del hospital. Esos casos son aquellas personas que
recibieron un diagnóstico y un tratamiento iniciales en alguno de los servicios
del hospital o de su Área Programática. Como intervención se utilizó una
modalidad de seguimiento que implicaba la identificación de la discontinuidad
en el acceso a la medicación a partir de la revisión de las historias clínicas,
las fichas de notificación epidemiológica y los resultados de laboratorio. Como
segundo paso se contactaba a la persona para determinar si continuaba
accediendo al tratamiento en algún efector de salud y, en caso de ser
necesario, para ofertar un turno, ya fuera en el mismo hospital o en alguno de
los centros de salud del Área Programática. Esto último se realizaba en
articulación con los servicios de salud que habían realizado el diagnóstico y tratamiento
inicialmente. En el contexto de la pandemia, hubo un avance importante en la
informatización e integración de los sistemas digitales de información
hospitalarios, a partir de la necesidad de la vigilancia intensificada por la
covid-19. Este elemento sumado a la disminución de la demanda ambulatoria de
los servicios de salud por las condiciones de aislamiento y distanciamiento
social marcan una diferencia con la modalidad de vigilancia epidemiológica
utilizada antes de la pandemia de covid-19. A la importancia de notificar el
caso se añade la de notificar el estado del tratamiento antituberculoso.
La población del estudio se definió como todos los
casos notificados de TB que hubieran recibido un tratamiento en el hospital
durante el período comprendido entre el 1 de enero de 2019 y el 1 de marzo de
2021. Se incluyeron en la muestra el total de los casos notificados en ese
período. Se validaron los datos relevados con las historias clínicas (tanto
electrónicas como en formato papel), las fichas de notificación epidemiológicas
cargadas al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS-SISA) y con los
resultados de laboratorio.
Para el seguimiento de los casos de TB, se utilizó,
como fuente de datos primaria, la realización de entrevistas telefónicas que se
registraron en una ficha para el seguimiento activo de los tratamientos
antifímicos. La misma se completó con una frecuencia muy variable, de entre 15
días y un mes desde el inicio del tratamiento y según la necesidad de cada
caso. A partir de esos instrumentos, se identificaron los obstáculos a lo largo
del tiempo para el tratamiento, en el acceso a la medicación y en el acceso a
los servicios de salud.
Como segundo paso se identificaron, desde la
perspectiva de los equipos de salud, los obstáculos para la implementación del
seguimiento activo. Estos últimos se construyeron a partir de entrevistas
semiestructuradas con referentes de los servicios de salud del hospital que
realizaban tareas de asistencia médica y de trabajo social con las personas afectadas
por la TB (Neumonología, Infectología, Trabajo Social, Área Programática,
Toxicología y Promoción y Protección de la Salud). El equipo de investigación
realizó seis entrevistas y se centró en las siguientes categorías: principales
obstáculos para la adherencia al tratamiento y el seguimiento de los casos;
potencialidades y limitaciones del seguimiento de los casos en el contexto de
la pandemia; características de los grupos considerados en situaciones de mayor
vulnerabilidad; limitaciones y recursos necesarios; modificaciones realizadas
en los circuitos asistenciales en el contexto de la pandemia; principales
dificultades para la articulación con otras jurisdicciones según el domicilio
de las personas atendidas y nivel de informalidad e institucionalización de las
articulaciones con organizaciones de la sociedad civil que trabajan con grupos
considerados en situación de vulnerabilidad.
Como tercer paso, en los casos en los que no fue
posible contactar a la persona y se identificaron variables asociadas a
situaciones de vulnerabilidad social (consumo problemático de sustancias,
situación de calle, abandonos de tratamiento anteriores, población
transfemenina), se contactó a organizaciones de la sociedad civil con
dependencia estatal que trabajan con ese tipo de población: comedores, centros
de día, organizaciones que brinden asistencia social de algún tipo,
fundaciones, etc. Se confeccionó un mapa digital con esos recursos
institucionales y comunitarios para el seguimiento del tipo de personas que
viven en contextos de fuerte vulnerabilidad social.
Resultados
Entre el 1 de enero de 2019 y el 1 de marzo de 2021,
el total de los casos notificados de TB fue de 263. En 2019 se notificaron 150;
en 2020, 98 y en 2021, 15. Esos casos presentan una distribución de las
variables de identidad sexual y de edad muy similares entre los períodos de
antes de la pandemia (01/09/2020 a 31/12/2019), pandemia (01/01/2020 a
31/10/2020) y de implementación (02/09/2020 a 25/01/2021).
Figura 1. Casos notificados de
TB en el Hospital General de Agudos JA Fernández (HAGJAF) por grupo etario.
Elaboración propia a partir de la notificación de eventos en el HAGJAF.
La mayor parte de los casos notificados son varones
en edad laboral (n = 136).
Durante el período que comienza a partir de la
pandemia, se identifica un aumento en el porcentaje de casos notificados de TB
que tienen su domicilio en la jurisdicción de la CABA. El porcentaje de ese
momento representa un 77% (n = 86) en comparación con el año 2019 que
representa un 65% (n = 97), coincidente con la implementación de las
medidas del ASPO. En la misma línea, se detecta una disminución en el número
total de casos notificados: el número de casos del año 2020 (n = 98) es
un tercio menos que el de 2019 (n = 150).
Con relación a la localización de la TB notificada
en ambos períodos, hay una mayor representación de la enfermedad pulmonar sin
diferencias entre los años. De la muestra total, un 25% (n = 65) no
presenta enfermedad pulmonar al momento de la notificación del caso.
Entre las comorbilidades y factores de riesgo
identificados al momento de la notificación de los casos de TB, la tendencia
más marcada en ambos períodos es la coinfección con VIH (n = 75) y, en
segundo lugar, el consumo problemático de sustancias, como el alcohol y las
drogas ilegales (n = 47). En tercer lugar, se registra, como factor de
riesgo, un contacto con un caso de TB (n = 28).
En cuanto al período de la pandemia (01/01/2020 a
01/03/2021), más de la mitad de los casos notificados de TB reunieron
condiciones de caso sospechoso de covid-19 (n = 66). Esta identificación se
realizó a partir del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS-SISA) y de
la revisión de historias clínicas electrónicas.
Desde un punto de vista temporal, a partir del mes
de marzo de 2020 se identifica una caída en la cantidad de diagnósticos de TB,
en comparación con el año 2019. En los primeros meses del año 2020, es posible
identificar un leve aumento en comparación con los mismos meses de 2019, antes
de declararse la necesidad de implementar el ASPO como respuesta, en Argentina,
a la pandemia de covid-19. Es posible observar una segunda diferencia hacia el
final del año 2020. En los meses de noviembre y diciembre de ese año, podemos
identificar un aumento en los diagnósticos realizados que coincide con el fin
de las condiciones de ASPO y el paso a las del Distanciamiento Social,
Preventivo y Obligatorio (DISPO).
Con
relación a la clasificación del tratamiento, podemos señalar que el 49% (c
= 48) de los casos notificados en el año 2020 continúan en tratamiento el 1 de
marzo de 2021 y un 22% (n = 22) tiene el tratamiento completo. En cuanto
al año 2019, el porcentaje de los casos en tratamiento a la fecha es del 22% de
los notificados en ese período (n = 33) y de 35% con el tratamiento
completo (n = 52).
Con
relación a la mortalidad, sólo registran 16 fallecimientos asociados al evento
de la TB, con una tasa de letalidad expresada en un porcentaje del 9% para el
año 2019 y un 2% para el año 2020. Esos valores presentan una marcada
diferencia y, en el caso de 2019, se encuentran muy por encima de las metas
recomendadas por la OMS en la Estrategia Fin de la TB (5%).
De los 98 casos notificados en 2020 que fueron
contactados mediante el seguimiento activo telefónico, uno de los mayores
obstáculos identificados fue las dificultades en el acceso al sector salud
relacionadas con las condiciones del ASPO en general. El acceso a los mismos se
produjo principalmente con relación a la sospecha de covid-19 en la mayor parte
de los casos. Asimismo, en los llamados telefónicos se identificaron
referencias a la precarización de las condiciones laborales en general y
dificultades en el acceso al transporte público.
En
ese sentido, en el período de 2020 a 2021, se identificó una disminución de más
del 10% del porcentaje de casos notificados con domicilio en la provincia de
Buenos Aires, en comparación con 2019.
Figura 2. Casos notificados de
TB en el Hospital en 2019-2020. Elaboración propia a partir de la notificación
de eventos en el Hospital.
Figura 3. Clasificación de los
casos notificados de TB. Elaboración propia a partir de la notificación de
eventos en el Hospital.
Figura 4. Casos notificados de
TB por jurisdicción de domicilio. Elaboración propia a partir de la
notificación de eventos en el Hospital.
En
estos porcentajes se incluyó a la población en situación de calle como parte de
la población de CABA. Considerándola específicamente, la población sin
domicilio referido, se identifica un porcentaje del 13% (n = 19) del
total de 2019 y un 8% (n = 9) del total del período de 2020 a 2021. Con
relación a los casos notificados que tenían su domicilio en asentamientos,
barrios populares o villas, se encontró 38% (n = 43) en el período de
2020 a 2021 y un 21% (n = 32) para 2019.
Los resultados cualitativos alcanzados a partir de
las entrevistas semiestructuradas al personal de salud permitieron describir
los obstáculos en la implementación de las tareas de seguimiento de los casos
de TB y vinculadas a la adherencia a los tratamientos antifímicos en el
contexto de pandemia.
Entre los principales resultados, se identificaron
como obstáculos la falta de profesionales para la realización de las
actividades de seguimiento frente a la gran demanda de las tareas
asistenciales; la existencia de múltiples criterios diferentes entre los
servicios y la falta de un protocolo unificado institucional para el abordaje
de la TB; la falta de interoperabilidad entre los sistemas de registro
clínicos, epidemiológicos y de laboratorio; la falta de recursos físicos
(computadoras y teléfonos celulares) para realizar el seguimiento activo.
Como parte de las estrategias utilizadas para el
abordaje de los grupos más vulnerables, se señala la existencia de vínculos y
redes con organizaciones de la sociedad civil, que brindan asistencia y
acompañamiento a la población en situación de calle, en situación de consumo
problemático y a la población transfemenina. Se señaló en las entrevistas que
este tipo de organizaciones le facilitan a la población más vulnerable afectada
por la TB el acceso a la vivienda, a la alimentación, al asesoramiento legal,
de salud mental, a la medicación y a la higiene. La contribución de estas
organizaciones resulta fundamental, ya que no solo realizan el seguimiento de
la trayectoria de las personas, sino también el acompañamiento y se convierten
en un andamiaje comunitario que facilita que las personas sostengan sus
tratamientos y el vínculo con el sector salud a lo largo del tiempo.
Discusión
La figura 1 permite identificar una tendencia sobre
este padecimiento en donde la TB afecta mayormente a la población adulta en
edad laboral y mayoritariamente, a varones.
Si bien la definición de casos sospechosos de
covid-19 fue dinámica y se modificó en el transcurso de la pandemia en nuestro
país, considerar los casos de TB descartados para covid-19 implica la
existencia de una sospecha clínica o epidemiológica en ese período. Eso nos
permite, en el período de estudio, señalar un primer elemento para reflexionar
sobre el impacto de la pandemia en relación a la TB. La coinfección, la
coexistencia de factores de riesgo, de condiciones que generan vulnerabilidad
en los grupos sociales y las complejas interacciones que se producen permiten
señalar los efectos de la actual sindemia (18). Esta
situación se vincula con la preocupación de una reemergencia pospandémica de la
TB asociada al deterioro de las condiciones de vida de la población vulnerable
y las dificultades del sector salud en brindar respuesta (19).
Si bien las medidas del ASPO pueden ayudar a reducir la transmisión de la TB,
esto puede compensarse con una mayor exposición de los hogares a la infección y
al empeoramiento en la adherencia. Asimismo, el impacto económico de las
medidas del ASPO puede generar un aumento de los niveles de pobreza y la
desnutrición que serían determinantes para la TB (5).
Por
otro lado, más de la mitad de los casos cuentan con, al menos, un contacto
presencial con el sistema de salud durante el período de la pandemia. Sin
embargo, en la mayor parte de los casos, ese contacto presencial tuvo una
orientación exclusiva hacia la identificación de la covid-19 y no se orientó hacia
otros padecimientos de base.
Si se considera la clasificación de abandono de
tratamiento y pérdida de seguimiento en conjunto y se las compara entre ambos
períodos, podemos encontrar una diferencia marcada. En el año 2019 se observa
un porcentaje mayor de casos en esa categoría (31%), comparado con el
2020-2021, con un (25%). De la misma forma, si se considera en conjunto la
categoría de tratamiento completo y en tratamiento, se puede afirmar que en
2020 fue posible mantener el acceso a los tratamientos en el 71% de los casos
del año. En el período de 2019, antes de la pandemia y de las condiciones
establecidas por el ASPO y el DISPO, ese porcentaje fue menor (57%). Estos
datos del año 2020 evidencian que, a pesar del ASPO, se pudo sostener el acceso
al tratamiento de los casos de TB diagnosticados en más del 70% mediante un
seguimiento activo telefónico. El control activo en el contexto del ASPO para
covid-19 resultó ser una estrategia útil para el seguimiento de las poblaciones
afectadas por la TB, en un contexto de consultas tardías por restricciones de
movilidad y acceso a los servicios de salud (2).
Por
otro lado, la comparación de la distribución temporal de la notificación de los
casos entre 2019 y 2020 señala una coincidencia con las condiciones
establecidas por el ASPO. Esta referencia es congruente con lo relevado a
partir del seguimiento activo de los casos, en el cual las restricciones a la
movilidad y la reorientación de los servicios de salud a covid-19 se señalan
como las principales barreras del acceso a los servicios de salud
hospitalarios.
Respecto
de las características habitacionales de los casos notificados, podemos
identificar una mayor representación de la CABA como jurisdicción mayoritaria
de los domicilios de los casos notificados durante el período de pandemia. La
reducción de la movilidad puede vincularse con las dificultades de acceso a los
hospitales de la CABA por parte de los pacientes afectados por la TB en el
AMBA.
En los casos que presentan condiciones de
vulnerabilidad social, el seguimiento activo identificó la articulación entre
los servicios de salud y la conformación de redes con organizaciones de la
sociedad civil que brindan asistencia y acompañamiento a la población en
situación de calle, con consumo problemático de sustancias y a la población
transfemenina. La existencia de esas redes comunitarias y su articulación con
los servicios de salud en la producción de cuidado aporta un andamiaje
comunitario que facilita el seguimiento y la adherencia a los tratamientos a lo
largo del tiempo. En el contexto del ASPO, algunas investigaciones
identificaron el lugar protagónico de las estrategias de cuidado desplegadas en
los barrios populares del AMBA (1).
El
presente estudio presenta limitaciones en cuanto al seguimiento de los casos de
TB que suponen un tratamiento prolongado. Se requiere realizar estudios por
períodos de tiempo más prolongados y prospectivos para identificar las consecuencias
de la pandemia en el largo plazo. Por otro lado, la implementación del
seguimiento activo desde un hospital general de agudos de la CABA y la
articulación con las organizaciones de la sociedad civil implican incorporar
una mirada intersectorial, comunitaria e integral con relación a la salud de
las poblaciones en situación de vulnerabilidad social. En ese sentido, un
abordaje integral supone la identificación de las condiciones de vulnerabilidad
y el tejido comunitario existente como paso previo para repensar las
intervenciones desde el sector salud.
Conclusiones
El
seguimiento activo de los casos de TB permite reconocer el impacto de la
pandemia de covid-19, y de las medidas del ASPO en particular, en la adherencia
a los tratamientos antifímicos. Al mismo tiempo, permite la identificación
temprana de los casos que se encuentren con mayores dificultades y en
condiciones de extrema vulnerabilidad social para la adherencia a los
tratamientos antifímicos.
Como
respuesta a la pandemia de covid-19, se implementaron grandes modificaciones y
restructuraciones en el sector salud. En este sentido, el desarrollo de medidas
preventivas y de seguimiento para la infección por el SARS-CoV-2 deja capacidad
instalada en distintos niveles (gestión y servicios de salud) para mejorar el
seguimiento y la adherencia a los tratamientos prolongados en el contexto de la
pospandemia.
La
articulación y el armado de redes comunitarias por parte de los equipos de
salud con organizaciones de la sociedad civil que acompañan territorialmente,
brinda asistencia y trabajan con la población afectada por la TB que está en
situación de vulnerabilidad social es una estrategia exitosa para facilitar la
adherencia y el acceso al diagnóstico temprano. El seguimiento activo permite
introducir una perspectiva comunitaria que va más allá de la notificación de
eventos e incluye la identificación de este tipo de redes sociales que, cuando
se articulan con los equipos de salud, permiten alcanzar mejores resultados.
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